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Romay impulsará con "urgencia" la receta de fármacos genéricos

El ministro de Sanidad, José Manuel Romay, aseguró ayer en Vitoria que propiciará con "carácter inmediato" que los médicos receten medicamentos genéricos, productos hasta un 50% más baratos, denominados por su principio activo y no por su marca comercial. Tras entrevistarse con el consejero de Sanidad del Gobierno vasco, lñaki Azkuna, Romay reafirmó sus propuestas de ahorro en el gasto farmaceútico.

"Vamos a ser exigentes con la industria farmaceútica", aseguró el ministro, "para que hagan un esfuerzo de desincentivación de ese gasto". En su opinión, habría que situarlo en torno al 2,6%, frente al 10 y el 12% de la última década. "Las primeras medidas", subrayó, "se centrarán en esas industrias y en las empresas de distribución. Además hemos pedido a los profesionales un esfuerzo para que también por su parte intenten contener el gasto. Si una patología es curable con un medicamento barato, que se use en vez del caro", sentenció.

Azkuna adelantó ayer que el Partido Nacionalista Vasco apoyará en el Congreso de los Diputados las futuras leyes de Farmacia y Organización del Sistema Nacional de Salud. Azkuna explicó que tan sólo había algunos puntos de discordancia menor en la de Farmacia, pero "espero que para septiembre esté todo solucionado", dijo.

Farmacias públicas

Por su parte, el grupo de IU-IC anunció ayer en Barcelona que presentará una iniciativa parlamentaria tendente a reducir el gasto público en farmacia sin cargarlo a los consumidores. En lugar de que el Estado cobre 100 pesetas por receta, IU-IC quiere que se creen farmacias públicas en las que se vendan únicamente medicamentos genéricos. Los médicos, por su parte, dejarían de recetar un producto concreto y extenderían recetas genéricas, lo que permitiría a los usuarios adquirir el más barato.La propuesta de lU-lC, explicó su diputado Joan Saura, incluye cuatro apartados. El primero es la supresión de las listas negativas -relación de medicamentos que no financia la Seguridad Social- y la creación de listas positivas, es decir, de medicamentos que paga el Estado, con exclusión del resto. Esto haría, opina Saura, que las empresas compitieran entre sí reduciendo sus costes, en lugar de invertir en promoción. Las listas negativas, además, pueden ser burladas con un simple cambio de nombre del producto.

El segundo punto es la creación de farmacias públicas, vinculadas a hospitales. Estas farmacias sólo expenderían genéricos, lo que representaría un ahorro considerable ya que, además, podrían entregar al enfermo la cantidad exacta de medicamento que necesitara en lugar de paquetes que, con frecuencia, exceden sus necesidades. Saura aseguró que en EE UU las recetas de genéricos suponen el 82%, mientras que en España apenas se sitúan en el 3,2%.

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