La gran fotografía americana, en el IVAM
La exposición de la colección fotográfica del MOMA recala en el museo valenciano
Unas fueron concebidas como obras de arte, otras no, pero todas se exhiben hoy como testimonio del "bullicioso pasado de la fotografía". La exposición Fotografía americana 1890-1965, realizada a partir de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), llegó ayer al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) procedente del Centro Georges Pompidou, de París, en la penúltima etapa de una gira que acabará en el Victoria and Albert Museum de Londres. La muestra, que incluye obras de Alfred Stieglitz, Harry Callahan, Walker Evans, Robert Frank, Irving Penn, Diane Arbus y Paul Strand, entre otros, es el testimonio de la emergencia de un arte, la fotografía, y de un país, los Estados Unidos de América.
La consolidación de la imagen fotográfica como forma de expresión y la construcción de una visión de América confluyen en esta muestra, que ha recorrido media docena de museos europeos caracterizados por haber abierto espacio entre sus actividades a la creación fotográfica como una de las manifestaciones artísticas de nuestro tiempo. El del MOMA de Nueva York fue, en 1940, el primer departamento dedicado en un centro de arte a la fotografía, en una temprana consideración de la disciplina que, con el tiempo, se ha generalizado.La frontera entre la imagen de origen documental, periodístico o popular, y la que surge de una consciencia explícitamente artística queda prácticamente diluida, con la complicidad de la memoria cultural colectiva, en esta exposición, que da testimonio, como destacó ayer Josep Vicent Monzó, responsable de la especialidad en el IVAM, de que en América "la fotografía nace al mismo tiempo que el país". Monzó leyó un texto del catálogo por encargo del comisario de la exposición, el conservador jefe del departamento de fotografía del MOMA, Peter Galassi, que no pudo asistir ayer a la inauguración: "Con el amplio reconocimiento de la fotografía como arte se ha producido una erosión de la distinción entre la fotografía y otros medios. Este desarrollo favorable ha contribuido a la complejidad sin precedentes del arte contemporáneo, en su forma, en sus preocupaciones, y en los senderos que ha recorrido para llegar a esas formas y esas preocupaciones".
Crónica histórica
Fotografía hecha en América y sobre América -con alguna excepción curiosa, como la instantánea de una banda de música en un desfile festivo en la Valencia de 1952 realizada por Robert Frank-, el criterio aplicado a la organización de la muestra ha llevado a incluir a las principales figuras estadounidenses y a aquellas que, nacidas en otros países, desarrollaron su trabajo en aquel país en ese periodo de 75 años que permite leer la exposición como la revisión de una práctica creadora y, al mismo tiempo, como la lectura de una apasionante crónica histórica, social, y cultural. "La riqueza increíble de los fondos del MOMA", en expresión utilizada por el director del IVAM, Juan Manuel Bonet, hace posible que del centenar de autores representados y las 183 imágenes recogidas en la selección emerja una nómina imprescindible de fotógrafos y de fotografías.La líneas de influencia del grupo Photo Secession, liderado por Stieglitz, que reclamó desde el principio un lugar para su obra en el mundo del arte, con Paul Strand, Edward Weston y Harry Callahan como seguidores destacados en diferentes etapas cronológicas; el fotoperiodismo de Walker Evans o Dorothea Lange; las creaciones para la publicidad o la moda de Richard Avedon o Irving Penn, y la viveza y calidad del trabajo versátil de reporteros como Robert Frank, son algunos de los episodios principales en la evolución de los fotógrafos que recorre la muestra. Los paisajes de la América urbana o de la cultura desarraigada de la carretera, las escenas del mundo alegre de la diversión, el impacto del conflicto social y el drama humano de la Gran Depresión o la fuerza de las instantáneas de sucesos o de la crónica de guerra, por otra parte, alcanzan en las fotografías de la muestra algunos ejemplos imborrables.
No falta en la exposición una excepcional perspectiva de la séptima avenida en 1914 de autor desconocido al lado de la estilizada silueta del Flatiron Building en el Nueva York nevado de 1903 captada por Stieglitz, de un espléndido retrato de Max Ernst a cargo de Frederick Sommer en 1946 o de una complejísima instantánea de un autocine atestado de coches, junto al que pasa un tren mientras en la pantalla se proyecta la imagen de un avión, captada en algún lugar de West Virginia por O. Winston Link en 1956.
El IVAM ofreció hace unos meses una selección de los fondos de otro museo neoyorquino, el Metropolitan, en una muestra titulada La nueva visión. Ahora, con esta exposición de la colección de fotografía americana del MOMA, completa un panorama dentro de una atención a la creación fotográfica qué ha sido un elemento distintivo de la actividad del museo valenciano desde su fundación. No por casualidad el IVAM cuenta con unos interesantes fondos de imágenes, a los que ha contribuido el depósito de la colección de Gabriel Cualladó y de la colección Ordóñez, a la que se dedicará próximamente una muestra.
Iniciado en abril de 1995 en el Kunstbibliothek Staatliche Museen de Berlín, el periplo de la exposición sobre la colección de fotografía americana del MOMA ha recorrido las ciudades de Amsterdam, Edimburgo, Goteborg y París, antes de inaugurarse ayer en el IVAM. A finales de año, la muestra acabará su gira en el Victoria and Albert Museum, en Londres, con lo que se habrá cumplido el objetivo del museo de Nueva York, que no era otro que difundir el núcleo esencial de la colección entre el público europeo, a través de los centros de arte que se han esforzado más significativamente en la difusión de la fotografía en todas sus facetas.
Babelia
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