El precio de los fármacos
, "La avaricia mata; acceso para todos". Con esta consigna activistas y enfermos de sida convirtieron la inauguración de la cumbre de Vancouver en un desafío a las grandes compañías farmacéuticas: "O bajan los precios de los fármacos disponibles o exigiremos medidas a los gobiernos para obligarles". La brecha, cada vez mayor, entre países ricos y pobres, quedó patente, en el mensaje del. presidente surafricano, Nelson Mandela: "Ya es hora de colaborar en la lucha contra el sida", pidió a todas las naciones.El mismo Peter Piot, director del programa de sida de Naciones Unidas, reconoció en su intervención el papel de estos grupos ciudadanos en la vertiginosa investigación sobre el VIH. A partir de ahora van a dar un paso más. Si es verdad, como se anuncia en Vancouver, que es posible conseguir combinaciones farmacológicas que detengan la enfermedad, sus afectados van a pelear porque llegue a todo el mundo.
"La persona que va a anunciar el fin del sida no ha llegado todavía a este edificio", ironizó el activista de Act Up, Eric Sawyer, en la inauguración de la conferencia. "Hay tratamientos, pero que ni siquiera los ricos se los pueden permitir. Es el momento de hablar de acceso mundial al cuidado y no de una cura", concluyó Sawyer.
Peter Piot recordó que el sida no tiene fronteras. "La epidemia es enorme, poco estable y sobre todo invisible", aseguró. Con esta perspectiva, consideró "inaceptable que los afectados vivan sin los fármacos básicos. Muchos podrían acceder a ellos si los gobiernos tuvieran una política adecuada".
"Algunos gobiernos económicamente conservadores están adoptando una actitud que nos va a salir cara. Las organizaciones ciudadanas intentan lanzar el mensaje de que mañana pagaremos dos dólares por cada dólar que ahorremos hoy. No es realmente una medida de ahorro y además no es compasiva", había también afirmado, en relación con los recortes, otro de los directores de la conferencia, Michael Rekart.
La cuestión es qué medidas serán necesarias para soportar un tratamiento con los nuevos inhibidores de la proteasa -una enzima necesaria para la replicación del VIH-que en Uganda costaría casi 2.000 pesetas diarias por enfermo, como indicó Sawyer. En España se calcula que encarecería en un millón más los tres millones que ya cuesta cada tratamiento por enfermo y año.
Como dijo en su intervención la ministra de Salud de Suráfrica, la doctora Nkosazana Zuma, "los países no requieren sólo pericia sino también poder económico para poder mantener su salud, y ésta debe estar al alcance de todos independientemente de su condición social, raza, religión o preferencia sexual".
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