El futuro presidente de Ecuador quiere "derrotar a la oligarquía que consume al país"
El populista Abdalá Bucaram, de 44 años, el futuro presidente de Ecuador según los resultados todavía no oficiales de las elecciones presenciales del domingo en la república andina, se ha propuesto "derrotar a la oligarquía que consume al país". Este nada convencional líder, que se presenta a sí mismo como el "candidato de los pobres" ha conseguido vencer al conservador Jaime Nebot, al que algunas encuestas situaban como preferido. Bucaram logró el apoyo del 54% de los ecuatorianos frente al 46% de su oponente, según datos provisionales que deberá confirmar el Tribunal Supremo electoral.
"El pueblo ecuatoriano sabe que Bucaram va a luchar desde el primer día", ha dicho el presidente electo. Bucaram se apresuró a declarar que es la primera vez que "un loquito", como él se llama a sí mismo y como lo definen sus oponentes, "llega a la presidencia de Ecuador y una mujer a la vicepresidencia", cargo . que ejercerá Rosalía Arteaga, de 39 años. Abdalá Bucaram sustituirá, si gana la confianza del Parlamento, a Sixto Durán-Ballen.En sus primeras declaraciones como vencedor, el candidato del Partido Roldosista Ecuatoriano hizo un llamamiento a la "reconciliación" y a la "concertación", al tiempo que ha asegurado que el suyo será un Gobierno pluralista. "Ecuador nos necesita a todos, absolutamente a todos. Buscaré a los mejores hombres para que mi patria tenga un gran Gobierno; buscaré a hombres de todas las tendencias políticas, porque la situación de nuestro país es crítica", declaró el "candidato al saberse vencedor. La futura vicepresidenta Arteaga añadió: "Estamos seguros que vamos a ser un buen equipo de trabajo para el país".
A pesar de que al cierre de los colegios electorales Abdalá Bucaram y Jaime Nebot se apresuraron a autoproclamarse vencedores, en pocas horas se aclaró la situación y el candidato del conservador Partido Social Cristiano admitió la derrota. Nebot afirmó que hará una "oposición constructiva" al Gobierno de Bucaram, con el que no está dispuesto a pactar, y auguró cuatro años muy malos para el pueblo ecuatoriano.
La victoria del candidato populista -que fracasó en dos anteriores intentos- ha sorprendido a los ecuatorianos, entre -los que despierta grandes afinidades y también fuertes rechazos por su atípica manera de plantear la política. La mayor alarma se ha producido en el sector empresarial y financiero, que ahora espera con cierto temor a que Bucaram defina su política económica y su equipo de Gobierno. A pesar de que han hecho un llamamiento a la calma, los empresarios no pueden olvidar algunas ofertas electorales de Bucaram como promover la paridad entre el sucre y el dólar, o ajustar el sistema bancario. "No podemos asistir a ensayos de ninguna naturaleza", explica la presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria de Guayaquil, Joyce de Ginatta.
Rebelión del pueblo
La elección de Bucaram es "una forma de rebelión del pueblo, de no estar conforme con lo que está pasando", explica el ex candidato Rodrigo Paz, de Democracia Popular (DP). Alberto Acosta, analista del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales mantiene que "Bucaram tuvo la capacidad de sentir la angustia nacional", en un país donde el 70% de la población vive en la pobreza, y "es una esperanza que despierta un mundo de expectativas y de miedos, pero sobre todo ofrece cosas que han querido escuchar los sectores populares durante mucho tiempo".Pero Bucaram no tiene asegurado la gobernabilidad con su elección, ya que su respaldo en el Parlamento es débil. Los representantes de las comunidades indígenas que resultaron elegidos, diputados en la primera vuelta, en la candidatura del Movimiento Pachakutik Nuevo País, y un desunido centroizquierda tienen. en sus manos garantizar la gobernabilidad al virtual presidente electo. Pero este pacto del centro izquierda "es posible con el ganador o con el perdedor, porque ambos tienen una presencia respetable en el Congreso", advierte Rodrigo Paz.
Bucaram y Arteaga, en todo caso, están convencidos de que el próximo día 17 podrán anunciar la composición de su Gobierno y que tomarán posesión el próximo 10 de agosto para gobernar Ecuador durante los próximos cuatro años.
La solución de las diferencias territoriales con Perú tras la guerra de principios de 1995, la modernización del Estado, la inversión social y la lucha contra la corrupción son retos que deberá afrontar Bucaram en su mandato. Pero también tendrá que salir al paso de sus promesas electorales, que no han sido pocas, y que incluyen subvenciones a la alimentación, abanderar una reforma educativa y "acabar con la oligarquía".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.