La fiesta-mitin de las figuras
Foster, Eisenman, Herzog y Libeskind cantan ante 2.000 fieles su amor a la arquitectura
Llegaron hasta las gaviotas. En la plaza posdura dels Ángels, en plena Ciutat Vella y ante el gran escaparate del edificio blanco de Meier, los arquitectos convirtieron en fiesta la frustración de sus seguidores. La bajada a la arena contagió de un ambiente mitinero a miles de personas -2.000 de acuerdo con la policía municipal; 3.000 a juicio de los organizadores- que además de tocar a sus estrellas aplaudían las partes que sonaban a manifiesto. El asedio a un Peter Eisenman con la camiseta del FC Barcelona extendió el entusiasmo a lo largo de la plaza, lo que no impidió escuchar un "qué vergüenza".Se siguió la rutina de los conciertos más esperados, sin necesidad de teloneros, aunque con Luis Fernández Gallano y Joan Busquets como fieles traductores. A las tres de la tarde, hora anunciada para seguir los debates centrales del día con el nuevo formato de la salida total de los arquitectos a la calle, comenzó con los camiones de mudanzas para la instalación del menos es más de escenario, micrófonos, altavoces y sillas. Sobre el pavimento se iban colocando las mochilas, los apuntes, el agua y la coca-cola para mitigar el calor junto con unas gotas de vapor que caían despistadas. En una esquina, Eisenman firmaba hasta con tres bolígrafos de distintos colores, con la simpatía de un hincha. A pocos metros llegaron en coche el alcalde, Pasqual Maragall, Norman Foster y Elena Ochoa, quienes en los actos oficiales ponen difícil la fotografía de una relación sentimental.
Los arquitectos, ya en la pequeña tribuna y sin poder proyectar sus diapositivas sobre la fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, manifestaron su entusiasmo por el espectáculo que veían. Ellos mismos transformaron en risas lo que horas antes era "irritación y resignación", según un testigo.
"Lo que ha ocurrido es sensacional y ver este entusiasmo por la arquitectura es toda una fiesta", dijo Foster nada más quitarse la chaqueta. En las intervenciones se mezclaron los temas preparados para una sala oscura Y la respuesta inmediata a un ambiente más cercano al rock que a la cátedra. El cambio lo resumió Eisenman, el más festejado del cartel, al recordar su participación hace tres años en el congreso de la UIA en Chicago ante 200 hombres blancos mayores de 50 años. "Aquí hay más de 3.000, hombres y mujeres, menores de 50 años".
A un Foster ecológico, preocupado por la explosión de las ciudades, las grandes infraestructuras y el consumo de energía, siguió su oponente Peter Elsenman con un texto de tres páginas titulado Formando lo poscrítico. El pugilato Foster Eisenman se centra en demostrar que las infraestructuras carecen de ideología y se debe presentar en su lugar una arquitectura crítica, "donde la forma puede todavía ser portadora de significado". Foster no entró en el debate y dijo que hacía "por amor" un rascacielos o una casita con flores. "La arquitectura debe contener la poesía de la vida". La postura visionaria y las continuas referencias al "ser humano" salpicaron la intervención de Daniel Libeskind al referirse a ese terreno de nadie de las periferias. "La arquitectura es Un acto político y no tiene que ver sólo con la estética". Jacques Herzog quiso transmitir la asepsia de sus proyectos y llevó "el componente físico y espiritual de nuestra vida" a una definición de contenedor y contenido. Para terminar, Fernández Galiano prefirió la invitación a "disfrutar" de la arquitectura de Barcelona, la medieval y moderna pero también la contemporánea. "Por encima de estos personajes del star-system está la propia arquitectura".
Hoy y mañana seguirá el concierto en el Palau Sant Jordi. AC / DC y Bryan Adams dejan paso en el mismo escenario a RM / JN, anunciados como Rafael Moneo y Jean Nouvel.
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