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La relación de Gerardo Diego con el arte, en una muestra por su centenario

La Fundación Santillana propone un reencuentro cultural con el poeta

La literatura y el arte es el título de la exposición abierta el sábado por la Fundación Santillana en su sede de la Torre de Don Borja para un reencuentro cultural con el poeta santanderino Gerardo Diego, al cumplirse el centenario de su nacimiento. Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura, que presidió el acto acompañado por Jesús de Polanco y Elena Diego, hija del poeta y comisaria de honor de la exposición, exaltó el talento y dinamismo de la Fundación Santillana.

Cortés, para quien la creación y difusión de la cultura corresponden al individuo y, en definitiva, a la sociedad, se congratuló en la Torre de Don Borja de que la Fundación Santillana, al cabo de un siglo, convoque a repensar y volver a ver a Gerardo Diego.La muestra está vertebrada en tres grandes bloques, y describe las relaciones que el poeta tuvo con los pintores de su época y cómo éstos le vieron a él. Reúne además una rica bibibliografía surgida en torno a la fecunda existencia literaria del autor de El romancero de la novia "cuya valiosa personalidad", resaltó aquí Jesús de Polanco, presidente de la fundación, "está tan entrañablemente unida a la conmemoración que adquiere este año ecos nacionales".

Gerardo Diego, como recordó María José Salazar, comisaria de la exposición, sobre las relaciones del poeta con los pintores, se sintió en plena juventud muy atraído por ellos. Así, en 1919 escribió su primer poema dedicado a Pancho Cossío. Entre el material que ahora se exhibe en la Torre de Don Borja pueden contemplarse sendos óleos de Eduardo Vicente, del propio Cossío, Gregorio Prieto, Álvaro Delgado y otros artistas que pintaron al vate correspondiendo a su amistad, sus escritos y poemas. "Cualquier circunstancia servía de estímulo", dijo Diego al respecto: "Una exposición, una visita al estudio del artista, una solicitud ajena o propuesta mía de conferencia, un ensayo, un artículo, un texto provisional que permanecía inédito".

Hijo de un comerciante en tejidos establecido en Santander, Diego nació en 1896, y allí estudió bachillerato antes de matricularse en la Universidad de Deusto y seguir luego la carrera de letras en Salamanca y Madrid. Obtuvo por oposición la cátedra de Lengua y Literatura del Instituto de Soria en 1920, y enseguida publicó su primer libro, El romancero de la novia. Sus restos reposan en Madrid desde hace 9 años con un epitafio en el que puede leerse: "Ya me tienes vaciado, vacante de fruto y flor, desposeido de todo, todo para Tí, Señor".

La exposición aún se enriquecerá con la incorporación a partir del 7 de julio de las obras de otra muestra, la titulada Gerardo Diego y las vanguardias, que la Fundación Santillana y el Ayuntamiento de Santander, con la colaboración del Centro Cultural del Ayuntamiento de Madrid, abrieron recientemente en el museo municipal de la capital cántabra. Se trata de cuadros firmados por Pablo Picasso, María Blanchard, Juan Gris, Pancho Cossío, Joan Miró y Francisco Bores, entre otros, que sintieron en su tiempo la misma inquietud por el vanguardismo que latía en el poeta más representativo de Cantabria. Podrá ser visitada a lo largo del verano todos los días, excepto lunes.

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