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Aznar descarta la plena integración en la OTAN a través de referéndum

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró ayer en el Congreso que el Ejecutivo "considera que la transformación de las estructuras de la Alianza Atlántica no hará necesario, ni jurídica ni políticamente, someterla a referéndum". Aznar contestaba a una pregunta del diputado de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, Willy Meyer, que quería saber si piensa el Gobierno "someter a referéndum cualquier modificación del régimen de participación de España en la OTAN".

El que para muchos era un agujero negro en la trayectoria política de Aznar, su capacidad parlamentaria, parece haberse evaporado como por arte de magia con su llegada a la Moncloa. Aznar contesta cada miércoles con soltura y da la impresión de que se siente a gusto cuando se levanta en su escaño para responder preguntas de la oposición o de su grupo. Ayer mismo, el portavoz del Grupo Socialista, Joaquín Almunia, le lanzó un reconocimiento explícito por la precisión y la seguridad" con que le había contestado a una cuestión sobre las vacas locas.Pero la OTAN no brindó la misma imagen del diputado Meyer, que, casi sin levantar los ojos del folio, leyó la respuesta que como tantos otros diputados traía preparada de antemano.

Para Meyer, "la decisión de entrar en la estructura militar de la OTAN contraviniendo una de las condiciones del referéndum de 1986, aun tomándose por acuerdo de esta Cámara, más allá de aspectos reglamentarios o normativos, supone una burla" a la decisión popular del referéndum de 1986. Para el diputado de IU, "no es bueno enmendar la plana al pueblo español y si se tuvo en cuenta su opinión en 1986 se deberá contar también en 1996 con su opinión directa sin intermediarios".

Aznar, como en tardes anteriores, no se limita a contestar sino que argumenta utilizando contraataques dialécticos, aunque en tono mesurado, y ayer le advirtió a Meyer que "no debería prejuzgar ni las decisiones del Gobierno ni mucho menos las decisiones de la Cámara".

La argumentación de Aznar se sintetizó en subrayar que si la Alianza Atlántica se transforma de acuerdo con la nueva situación internacional, "parece un poco absurdo que España no adapte su posición si lo considera necesario". El presidente concluyó instando al diputado de IU a que "en estos terrenos cambiasen algunas de sus posiciones" porque "sería bastante responsable y bastante razonable". A una pregunta del diputado de su grupo Gabriel Cisneros, Aznar respondió que sigue siendo objetivo prioritario del Gobierno cumplir los requisitos para que España entre en la Unión Monetaria Europea desde el primer momento.

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Política internacional

La sesión de control parlamentario tuvo un extenso capítulo dedicado a la política internacional, en la que el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, aseguró que el Gobierno mantendrá la ayuda a Cuba y el rechazo a la ley Helms-Burton, al mismo tiempo que garantiza la cooperación con guinea Ecuatorial y el apoyo del Gobierno al referéndum de autodeterminación en el Sáhara.La primera comparecencia de Matutes en el Congreso para responder preguntas ofreció una imagen bien distinta a la de su presidente: prácticamente no levantó la vista de folios previamente escritos para contestar a los diputados que le interrogaban.

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