Montoro avisa que la reforma fiscal "no ha hecho mas que empezar"

El Gobierno del PP planea introducir las grandes reformas fiscales en el presupuesto del próximo año. El secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, afirmó ayer que las medidas recientemente aprobadas por el Ejecutivo "se verán acompañadas por otras que verán la luz en el Presupuesto de 1997". Tras calificar de "insoportables" los actuales tipos marginales del impuesto sobre la renta, aseguró que el nuevo sistema de financiación autonómica, "traerá cambios en el IRPF" al tiempo que defendía la necesidad de mejorar la fiscalidad de los fondos de pensiones para complementar Ia percepción de la prestación pública.

"La reforma fiscal no ha hecho más que empezar", declaró ayer Montoro ante un centenar de analistas financieros y economistas extranjeros convocados por Bank of America para debatir el camino de España hacia la unión monetaria. El secretario de Estado destacó el compromiso del Gobierno de reformar el sistema tributario español "sin poner en peligro la reducción del déficit público".Aseguró que los incentivos fiscales (reducción del impuesto de sucesiones, tipo fijo, de la imposición de las plusvalías, actulalización de balances...) aprobados recientemente suponen el "pórtico" de las reformas estructurales que prepara el Gobierno. "Podríamos haber prescindido de incluir medidas fiscales, en el paquete de reactivación, pero el Gobierno quería mandar un mensaje de actuación en este sentido". Añadió que estas medidas se verán acompañadas por otras en los presupuestos de 1997.

Una posible reforma apuntada por Montoro es la mejora del tratamiento fiscal de "la previsión social complementaria a la pública", es decir, de los fondos de pensiones. Y en lo que respecta a la rebajar la presión del IRPF, el secretario de Estado adelantó que el nuevo sistema de financiación autonómica, resultante de los pactos entre el Gobierno y sus socios nacionalistas, obligará a cambiar este tributo. Aunque eludió hablar sobre su posible rebaja, una de las promesas del PP durante la reciente campaña electoral, sí dejó claro su rechazo a los actuales tipos marginales del IRPF -el máximo se eleva al 56%-, que calificó de "insopohables" en el contexto europeo. En su opinión, una presión fiscal, tan elevada "es perjudicial para el empleo, el ahorro y, en definitiva, la actividad económica".

Montoro reiteró que el compromiso del Gobierno es reducir el desequilibrio presupuestario -a un 4,4% del PIB en 1996 y al 3% en 1997- a través de la contención del gasto. "No habrá subida de impuestos". Añadió que a lo largo de la legislatura se ampliarán las rebajas fiscales siempre que se reduzca el déficit público al objetivo de convergencia. Defendió que las medidas de choque no tendrán ningún coste recaudatorio y que ayudarán a la economía a "salir del bache actual".

El PSOE arremetió ayer duramente contra la forma en que el Gobierno ha aprobado las citadas medidas (decreto-ley), y anunció que está estudiando su posible inconstitucionalidad. El ex ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, cree que el Ejecutivo no tenía razones de urgencia para usar este mecanismo legal.