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Apuesta tecnológica por el carbón limpio

La central de gasificación y ciclo de combinado de Puertollano, a punto de empezar a funcionar en pruebas

Quemar carbón en la forma tradicional es un proceso sucio y muy poco eficiente y su futuro es tan negro como la materia prima utilizada, por motivos medioambientales. Es algo que la industria eléctrica y los Gobiernos europeos ya han reconocido y la consigna es renovarse de la mano de la tecnología para no morir. El ejemplo más visible es la nueva central térmica de Puertollano (Ciudad Real), cuya torre de refrigeración de 122 metros de altura es el símbolo de este experimento que pretende demostrar en los próximos meses que se puede utilizar el carbón de forma bastante limpia y además rentable. La central es la mayor de su tipo (de gasificación integrada de ciclo combinado) en el mundo, el mayor proyecto industrial de Castilla-La Mancha en la actualidad y supondrá una parte significativa de la nueva potencia instalada prevista en el Plan Energético Nacional. Una apuesta de 122.000 millones de pesetas basada en tecnologías nuevas y adaptadas, y a gran escala.Y es que no hay nada como la necesidad para aguzar el ingenio o para poner de moda soluciones tecnológicas que no prosperaron antes por resultar caras. En la nueva central de Puertollano lo que se pretende es gasificar el carbón para luego utilizar el gas resultante para mover una turbina y producir gran cantidad de electricidad (335 megavatios de potencia). "Un proceso complicado y caro", en palabras de Manuel Treviño, consejero delegado de la empresa Elcogás, propietaria de la- central. Lo que se está construyendo en Puertollano es en realidad un prototipo en el que al tiempo se desarrollan tecnologías propias con vistas al futuro. Una vez que funcione, sin embargo, los costes de operación serán bajos, entre otras cossas porque la central está diseñada para recuperar todo lo recuperable y, sobre todo, la central contaminará poco, aunque no tan poco como las que utilizan gas natural directamente.

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Mirando hacia el futuro

Con coque

La planta utilizará carbón de la zona de Puertollano -que es pobre pero tiene la ventaja de tener poco azufre- y coque, un residuo de las plantas petroquímicas que sí tiene azufre, aunque puede utilizar carbón de muy distintas características. Gasificar el carbón no es un proceso fácil y uno de los grandes edificios del complejo de la central, el más singular, es el de gasificación, donde llegarán, tras ser molidos en otro edificio, el carbón y el coque, procedentes de un parque de carbón que albergará combustible para 43 días de operación de la central. Allí se quemarán a 1.600 grados para producir CO (monóxido de carbono). El gas, tras pasar por otro edificio para limpiarlo de compuestos contaminantes, entre ellos el azufre, moverá la enorme turbina de gas que acciona el alternador para producir la mayor parte de la electricidad en un proceso denominado de ciclo combinado. Una pequeña parte es producida por una turbina de vapor dentro del aprovechamiento de energía y residuos para el que está diseñada la central.Hay perfeccionamientos en todos los pasos del proceso, entre ellos los que se vienen produciendo en las turbinas de gas. Se introduce nitrógeno en la combustión para saturarla y evitar la producción de oxidos de nitrógeno y de fenómenos estocásticos (puntos calientes) en la combustión. Se recupera el gas de escape para mover una segunda turbina. Se trata el anhídrido sulfuroso para producir azufre en polvo, que se puede vender. La escoria, que se vitrifica por efectos del proceso y que supone un 4% del combustible, se podría utilizar también para áridos. Y además se aplican modernos sistemas de control informático a todo el proceso para darle seguridad y eficiencia, que se centralizan en una espectacular sala de control, para solución de incidencias y diagnóstico de averías.

Así que, en total, se piensa obtener un rendimiento energético bueno, del 45%, con emisiones muy reducidas de todos los contaminantes (óxidos de nitró geno, dióxido de azufre y partículas) y un menor consumo de agua con tratamiento de los efluentes. Una excepción es el di óxido de carbono (gas de efecto invernadero), cuyas emisiones no se pueden reducir tanto como si la planta utilizara directamente el gas natural (serán de un 85% de las de una central térmica convencional). Todo ello con una inversión de unos 3.000 dólares por kilovatio instalado, alta si se compara con las centrales térmicas convencionales pero similar a las otras tecnologías avanzadas del carbón (lecho fluido y caldera supercrítica).

También con gas

Y es que la central puede funcionar también con gas natural, como el que llegará próxima mente a Puertollano por el gasoducto, procedente de Argelia, pero no lo hará, excepto en pruebas, por ahora, porque se trata de aprovechar el carbón de la zona. Las pruebas empezarán en julio de este año y en abril de 1997 se espera que funcione la central completa y se enganche a la red. Varios años después llega rá el veredicto sobre la eficiencia y rentabilidad de esta nueva forma de aprovechar el carbón.

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