Bernardo Bertolucci: "Vuelvo a Italia después de un exilio voluntario"

ENVIADO ESPECIAL, Cuando Lucy Harmon (Liv Tyler) perdió finalmente la virginidad debajo de un olivo centenario, la sala estalló en risas cuando alguien gritó: "¡Por fin!" Ayer en Cannes, Bertolucci mostró su última película, Belleza robada en el título inglés, (Yo bailo sola en el italiano), su primer trabajo rodado, en su país después de 15 años. Bertolucci explicó que ha vuelto a Italia tras un "exilio voluntario" provocado por el ambiente de cinismo y corrupción que dominaba la escena política en los años 80. Ahora se siente esperanzado ' tras la operación Manos Limpias, y acaricia la idea de continuar su película Novecento, desde 1945 hasta el fin del milenio.

"La decisión de volver a Italia maduró durante el rodaje de El pequeño Buda", señala Bertolucci, quien ayer paseó por Cannes a la actriz Liv Tyler, cuya espectacular belleza concentró mayores cumplidos que el conjunto de la película. "Empezaba a sentirme nostálgico de mi país", añade Bertolucci colocándose dentro de. la sala unas gafas oscuras. "Al principio de los ochenta, mi sentimiento más fuerte con respecto a Italia era que la corrupción y el cinismo lo dominaban todo, dos cosas que no puedo soportar y que me hicieron abandonarla. Simplemente no podía colocar mi cámara frente a esa sensación y me fui lo más lejos posible. Al principio de los noventa, con el movimiento anticorrupción Manos Limpias, que fue muy importante para mí, sentí que los italianos teníamos la oportunidad de hacer un examen de conciencia colectivo partiendo del hecho de que tal vez la política estaba tan corrompida debido a nuestra actitud general, al Estado burocrático, a una especie de corrupción histórica. Decidí volver con la esperanza de que las cosas cambien", añade Bertolucci.

Un grupo de cámara

A su regreso, después de grandes producciones como El último emperador, El cielo protector y El pequeño Buda, el cineasta italiano, de 56 años, explica que no quería hacer una película sobre la realidad italiana ni dirigir una gran orquesta sino a un grupo de cámara. "La historia de una joven en un viaje de iniciación en Italia me vino porque quería tener la experiencia de algo que se pareciera a un nuevo comienzo para mí, un lavado de cara, un pasar la página. Mi padre, que es poeta, me dijo cuando la vio: 'Está bien, es tu primera película".Bertolucci reunió a Liv Tyler, Jeremy Irons, Sinead Cusack, Stefania Sandrelli y Jean Marais en una mezcla de americanos, británicos, italianos y franceses en la Toscana. La madre del personaje Lucy se ha suicidado, y allí llega esta adolescente virgen "buscando en muy diversos frentes de emociones y de misterios", dice Liv Tyler, de 19 años, hija del líder del grupo Aerosmith e intérprete en la primera película de Tom Hanks, recién rodada, y en la última de Woody Allen. "Hay una especie de dulce iniciación en la película", explica Bertolucci, "La presencia de Lucy es de alguna manera como la del ángel interpretado por Terence Stamp en Teorema, de Pasolini. Ella es una catalizadora que hace que todo el mundo a su alrededor recupere su esencia".

Lucy llega a los alrededores de Siena, a una casa habitada por extranjeros, "a una de esas casas de la Toscana, zona a la que los británicos se refieren como Chiantishire", comenta el director de El conformista y El último tango en París. "Yo he visto en el pasado grupos reales de esa gente cosmopolita viviendo junta", añade, "así que observarlos a través de una historia ha sido la manera de volver yo a Italia disfrazado de extranjero, mirando con ojos extranjeros".