La guerra de las fresas no tiene tregua

Fieles a la cita como la lluvia de mayo, los comandos de campesinos franceses han desatado ya esta semana su guerra anual contra la fruta española. El jueves, agricultores franceses esparcieron por el asfalto miles de kilos de fresas que eran transportadas en cinco camiones por la autopista A-9, que une La Jonquera y Narbona. Ayer, el incidente fue más grave y tuvo como escenario el mercado de Toulouse. Allí, un verdadero comando de airados productores franceses eludió la vigilancia policial y destruyó 30 toneladas de fresas procedentes de España. Han sido las primeras escaramuzas de una nueva guerra que posiblemente se prolongue varias semanas.La batalla en la autopista A-9 no revistió novedades con respecto a años anteriores: aprovechando la parada obligada ante el peaje de Le Boulou, los franceses bloquearon los vehículos, destruyeron la carga vertiéndola en la calzada y reventaron los neumáticos de los camiones. No puede decirse lo mismo del asalto al mercado de Toulouse, que constituyó una variante mecanizada del caballo de Troya. Buena parte del comando -la mitad de los 150 participantes- se introdujo en el recinto del mercado clandestinamente. Decenas de los campesinos penetraron en el mercado dentro de un camión frigorífico. De esa manera, camuflados entre alimentos congelados, lograron burlar los controles policiales.

Una vez en el interior del mercado, destruyeron 30 toneladas de mercancía e hirieron a un camionero español que les plantó cara. Luego, en el enfrentamiento entre agricultores y policías, hubo más heridos, ninguno de gravedad. Los transportistas, asesorados por el cónsul español en Perpiñán, han presentado las correspondientes denuncias.

Los dos graves incidentes han puesto en pie de guerra a los agricultores españoles y al propio Gobierno. Ayer, el ministro español de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, lanzó un mensaje al término del Consejo de Ministros: "Espero que sea un incidente aislado". Para entonces, el Ejecutivo ya había reaccionado con las armas a su alcance y había convocado al embajador francés en Madrid, André Gadaud, para expresar la más enérgica protesta española. El problema, como anunció el titular ¿le Agricultura, Luis Atienza, será tratado en Bruselas en los próximos días.

Pero las reacciones más airadas se originaron entre las asociaciones de agricultores españoles. Freshuelva, la asociación que agrupa a los productores y exportadores onubenses, amenazó con responder con "la misma moneda" contra productos procedentes del país, vecino, mientras portavoces de Asaja (Asociación de Jóvenes Agricultores)- o COAG (Coordinadora de Agricultores y Ganaderos) no descartaron iniciar acciones de boicoteo. También el ministro francés de Agricultura, Philippe Vaseur, y los importadores de frutas condenaron lo ocurrido, "que no contribuye",. dijo Vaseur, "a reforzar la posición de Francia". ante el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE.

El presidente de Freshuelva, José Antonio Guillermo, declaró ayer: "Estos hechos pueden ser el comienzo de algo más largo y desagradable. Los nervios se pueden alterar entre nosotros. Esta es una campaña desgraciada desde el principio, por los problemas de los daños en las cosechas ocasionados por la climatología adversa. Todo resulta alarmante", informa Luis Eduardo Siles.

En los últimos tres años, los agricultores franceses han destruido más de 60 camiones con productos del campo español. Sólo el año pasado, las pérdidas ocasionadas superaron los 6.000 millones de pesetas.

Es la historia que se repite año tras año. Esta vez, intermediarios de ambas partes intentaron en vano evitarlo. El jueves se reunieron en París Fernando Moraleda, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de España, y Luc Guyau, presidente de la FNSA, principal organización agraria francesa. Aún no había ocurrido nada, así que se mostraron satisfechos por que "este año todavía no se hayan producido incidentes contra camiones de fresas españolas".