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España compra en Chile una parte del archivo de Narváez por 85 millones

Los 70 legajos desvelan numerosos aspectos de la política del XIX

Andrés Fernández Rubio

El Estado español ha adquirido por 85 millones de pesetas la parte del archivo del general Ramón María Narváez que se encontraba en Chile en manos de particulares. Los 70 legajos, que quedarán depositados en la Academia de la Historia, aportan cartas y documentos relacionados con algunos de los protagonistas de la política del siglo XIX, como Bravo Murillo, Prim, O'Dormell, Serrano, Mon, Claudio Moyano y Donoso Cortés, además de los miembros de la monarquía española y de la de otros países europeos.

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Una recuperación trascendental

El historiador Carlos Seco Serrano, uno de los especialistas en el político y militar decimonónico Ramón María Narváez, conocido como el espadón de Loja (nació en este pueblo de Granada en 1800 y murió en Madrid en 1868), asistió ayer en el Ministerio de Cultura al anuncio de la reciente compra de una parte del archivo.Seco Serrano contó que el legado documental de Narváez fue separado en dos por sus herederos. Una parte fue a parar a la Real Academia de la Historia y, la otra fue comprada durante el franquismo por el entonces embajador de Chile Sergio Fernández Larraín. "Fue uno de los primeros embajadores después del famoso cerco diplomático", dijo Seco, "y todo era poco para halagarle: estaba interesado en la historia y se dedicó a comprar archivos a lo largo y ancho de España".

Ahora, el Ministerio de Educación (con 50 millones), el de Cultura (con 20 millones), y la Academia de la Historia (con 15), se han unido, con el apoyo de instituciones como la Fundación BBV, para recuperar unos documentos especialmente valiosos, dado que buena parte de los fondos estatales sobre aquel periodo quedaron destruidos tras el incendio, en 1939, del Archivo General Central de Alcalá de Henares. Otros importantes archivos, como los de Romanones, Dato, Castiella o Alba, has sido donados al Estado por las familias sin percibir dinero alguno, algo que fue destacado ayer tanto por Seco Serrano como por el director de la Academia de la Historia, Antonio Romeu de Armas.

Alerta diplomática

En el caso de la parte del archivo de Narváez depositada en Chile, la Academia de la Historia alertó a la embajada con el fin de que evitase en lo posible que los documentos acabaran en una universidad americana o cualquier otra institución no española. Las largas negociaciones se han desarrollado con los herederos del historiador y diplomático chileno, ya fallecido."Narváez es un representante del régimen político de los generales típico del reinado de Isabel II", según Seco. "Líder del Partido Moderado y figura dominante entre 1844 y 1868 (salvo breves etapas progresistas), fue artífice del Estado liberal y la figura más destacada del ejército".

Sin los documentos trasladados de Chile a España -cuya reproducción microfotográfica se ha iniciado: los originales quedarán depositados en la Academia de la Historia y las reproducciones en el Archivo Histórico Nacional-, los historiadores se encontraban serios problemas para analizar la trayectoria de Narváez. Antonio Romeu de Armas contó que el historiador Jesús Pabón inventarió el legado Narváez que poseía la Academia, pero, a la hora de escribir una biografía, le frenó el hecho de no contar con el archivo al completo. Los trabajos que dejó Pabón fueron recopilados y publicados por Seco Serrano en Narváez y su época.

Tras una importante carrera militar y política, Narváez ocupó la presidencia del Gobierno en mayo de 1844. Excepto en los periodos de febrero y marzo de 1846 y de abril de 1846 a octubre de 1847, se mantuvo en el poder hasta enero de 1851. Los historiadores destacan su falta de programa político definido, su ambición y autoritarismo, su represión de la libertad de imprenta y, pese a todo, el carácter fundamental de su figura durante el reinado de Isabel Il.

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