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Los niños de Chernóbil transmitirán a sus hijos y nietos malformaciones genéticas

El ADN de las células germinales fue dañado por la contaminación radiactiva

La explosión del reactor nuclear de Chernóbil (Ucrania) -el próximo viernes hará 10 años- causó a los habitantes de la zona daños permanentes e irrevocables escritos en sus genes. Familias expuestas a la radiactividad no sólo presentan el doble de mutaciones genéticas que las registradas en familias del Reino Unido, sino que los niños transmitirán esas aberraciones genéticas a sus hijos y éstos a los nietos... Un estudio realizado, en familias de Bielorrusia, 200 kilómetros al norte del reactor accidentado, ha descubierto daños en el ADN de las células; germinales de esas personas.

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Los investigadores del estudio, cuyos resultados se presentarán esta semana, han constado que en los niños el ADN de células germinales, es decir, las que transmiten la información de los genes de generación en generación, ha resultado dañado por la contaminación radiactiva generada en el accidente nuclear. Hasta este estudio, dirigido Por Yuri Dubrova, del Instituto Vavilov de Genética General (Moscú), no se conocían los posibles efectos de la radiactividad en las células de la línea germinal. Cuando estas células resultan dañadas, la progenie heredará los daños, mientras que si los desperfectos genéticos se producen en el, resto de las células del organismo, llamadas somáticas, los hijos pueden no resultar afectados.Tras las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshimá y Nagasaki, muchas personas que no murieron en el momento fallecieron después por efecto directo de la radiación, pero las investigaciones realizadas no encontraron efectos en las células germinales de los supervivientes. Por ello, aunque los habitantes de esas dos ciudades japonesas no olvidasen jamás aquellos acontecimientos, no se registraron consecuencias genéticas permanentes para la población... Por el contrario, Dubrova ha encontrado en las familias de Bielorrusia lesiones hereditarias. Los investigadores publican el próximo jueves sus descubrimientos en la revista científica Nature.

En la investigación ha participado Alec Jeffreys, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), pionero de la técnica de huella genética utilizada habitualmente en investigación forense. Él y Dubrova han desarrollado una técnica extremadamente sensible para cualquier cambio en el material genético. Cuando el ADN muta, los cambios consiguientes pueden ser muy graves o pueden no tener efecto alguno; en el caso de los habitantes de Chernóbil es demasiado pronto para saber qué pasará, pero los científicos temen que algunas familias pueden tener más suerte que otras.

En la misma línea, otro equipo ha hallado resultados similares, pero en un tipo de ratones en lugar de personas. Este segundo grupo, dirigido por Robert Baker, de la Universidad de Tejas en Lubbock (EE UU), ha identificado cientos de veces más mutaciones en parte del ADN de esos animales de la región de Chernóbil que en sus congéneres de otras regiones. Los ratones afectados viven y se reproducen aparentemente sin problemas, así que parece poco probable que todo el ADN haya sido afectado en el mismo grado.

La investigación dirigida por Dubrova muestra que en las áreas del entorno de Chernóbil altamente contaminadas por cesio radiactivo, las familias padecen incluso más mutaciones que las de áreas menos afectadas por ese elemento.

A pesar de todo, los científicos no se atreven aún a afirman categóricamente que los daños genéticos observados se deben a la radiación tras el accidente nuclear. Tanto en humanos como en ratones, el tipo de mutaciones observadas es diferente: del que los investigadores esperaban que se produjese por radiación. Baker señala que aunque la radiación ha disminuido en una década, la tasa de mutaciones en ratones se ha mantenido alta. Su investigación sugiere que otros agentes contaminantes procedentes de la explosión del reactor, como metales, pesados, pueden estar implicados.

Por otra parte, el presidente ruso Borís Yeltsin condecoró ayer en el Kremlin a un grupo de liquidadores, ingenieros y obreros, que participaron en los primeros trabajos de Chernóbil, después de la explosión, con las insignias de la Orden del Coraje y el Honor, informa France Presse.

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