Recuperada una corona visigoda del siglo VI en una operación contra una banda de expoliadores

Entre 6.000 monedas de plata, otra veintena de oro y cerca de un millar de objetos arqueológicos, una corona visigoda fragmentada del siglo VI destaca como la pieza más llamativa. Todo el conjunto ha sido recuperado por la Policía Nacional tras la detención de siete personas en la provincia de León, dedicadas al expolio de yacimientos arqueológicos. “No es habitual encontrar un tesoro como este, no se ha visto antes”, ha señalado Miguel Ángel Espada, inspector jefe de grupo de la Brigada de Patrimonio Histórico. Aunque su valor es principalmente histórico, se estima que la venta ilegal de las piezas hubiera superado el millón de euros.

Los detenidos —seis hombres y una mujer, vecinos de la zona con edades de entre 25 hasta los 60 años— ofrecían los hallazgos en redes sociales o plataformas y quedaban en sus casas con los compradores ilícitos.

La investigación comenzó el pasado mes de enero en una feria de coleccionistas y comerciantes de Andalucía. En ese evento numismático los agentes detectaron que “alguien ofrecía piezas de la época visigoda de presunto gran valor”, ha apuntado el inspector Espada, “por otros canales que no era el comercio lícito del recinto”. Estos indicios propiciaron una investigación que llevó a pensar que “podría existir un grupo criminal dedicándose a la venta de estos objetos de manera ilegal”.

Después, confirmaron que entre las piezas destacaba una corona de oro. No se sabe cuántas como esta existen o se han recuperado en España. Es “sumamente extraño, de ahí también parte la importancia y el valor del objeto”, señala el agente Espada, “y del hecho que pueda vincularse a un yacimiento histórico”. Como es el caso.

Montserrat de Pedro, también jefa del grupo que pertenece a la Comisaría General de Policía Judicial, apunta que el “mayor problema y preocupación” ahora mismo son los “yacimientos desconocidos”. “Pueden hacer lo que quieran, porque hay casos en los que ni siquiera sabíamos que allí había uno”, lamenta.

Los yacimientos de los que se tiene conocimiento están catalogados. En alguno de los 12 que hay en Valladolid es donde el grupo criminal utilizó herramientas “muy sofisticadas” como un detector de metales de unos 2.000 euros con capacidad para alcanzar cinco metros de profundidad. “Para una moneda en concreto no tiene utilidad”, describe Espada, “pero para detectar tumbas en una necrópolis sí”. También usaban equipo más rudimentario como palas y picos que en la sala de la Comisaría General de la Policía Judicial (Madrid) aún conservan la tierra por la extracción de los objetos.

Los delincuentes operaban con cautela y vigilaban su seguridad. En algunos casos, uno de los detenidos conducía el coche hasta el yacimiento, dejando allí a los demás miembros del grupo para volver posteriormente a recogerlos una vez que avisaban de que habían finalizado el expolio.

Tras hacerse con las piezas, las limpiaban y las catalogaban en función de su estado y calidad. Después las ofrecían en plataformas de compraventa o grupos privados en redes sociales. También llegaron a venderlas incluso en el domicilio de uno de los miembros del grupo. Al piso llegaban compradores procedentes de otros puntos de España. Fue allí mismo donde la Policía se incautó de los objetos arqueológicos y 50.000 euros vinculados a la venta de estos. Dentro de cajas de zapatos había sucias monedas de plata. Denarios y antoninianos romanos irreconocibles y otros en proceso de limpieza, de los cuales ya se apreciaba el rostro del emperador con una corona radiada. Solo los áureos (de oro) suelen salir de la expoliación casi íntegros.

Una vez identificados todos los integrantes de este entramado criminal se estableció una operación el 2 de diciembre y se llevaron a cabo nueve entradas y registros simultáneos en la provincia de León. Se incautaron, además de la corona visigoda de oro, de alrededor de 6.000 monedas de plata, 21 de oro, aproximadamente 1.000 objetos arqueológicos, en su mayoría monedas de diferentes épocas y materiales —fíbulas, puntas de lanza, anillos, piezas de cerámica—. También se encontraron dispositivos electrónicos y diversa documentación, nueve detectores de metales, tres vehículos de alta gama y casi 50.000 euros.

Estas siete personas en la provincia de León son acusados ahora de delitos de pertenencia a grupo criminal, contra el patrimonio histórico, blanqueo de capitales y hurto agravado. La banda “tenía experiencia en expolios de yacimientos históricos” en las provincias de León y de Valladolid. “Sabían lo que estaban buscando”, asegura la Brigada de Patrimonio Histórico en rueda de prensa.

La Junta de Castilla y León “dispone ya de la de la información para que se lleven a cabo las medidas de protección adecuadas”, aseguró Espada. Y así “evitar que vuelva a pasar algo similar en el yacimiento”, concluye. Los objetos recuperados serán depositados en el museo de la Junta de Castilla y León que así se determine.