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Cuándo, cómo y adónde: tres enigmas sobre la devolución de las pinturas de Sijena

Han pasado seis meses desde que el Supremo dictara sentencia definitiva sobre la restitución de la joya del románico y falta por resolver las principales cuestiones para su ejecución

Devolución de las pinturas de Sijena

El pasado 28 de mayo el Tribunal Supremo dictó sentencia: los murales con los que un pintor desconocido vistió las paredes de la sala capitular del monasterio de Santa María de Sijena en torno al año 1200, y que desde 1936 están en Barcelona, debían volver a su lugar de origen. El fallo era definitivo tras una batalla judicial de más de una década librada entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, por una parte, y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y la Generalitat, por la otra. Seis meses después, el caso sigue pendiente de ejecución. La jueza titular del Juzgado de Instrucción 2 de Huesca libra desde entonces otra batalla: entender la complejidad de la restitución mientras gestiona la llegada de instancias (que debe responder) e ingente documentación; la última, 2,5 gigabytes de archivos que le remitió el martes el MNAC en respuesta a una petición del Gobierno de Aragón.

El museo está enconado en frenar la restitución a causa de la fragilidad de las antiguas pinturas y está inmersa en un fino juego de equilibrios: el silencio institucional de sus patronos (Generalitat, Ministerio de Cultura y Ayuntamiento de Barcelona) mientras sus trabajadores plantean una batalla técnica en la que no han logrado mucho apoyo de las administraciones. El 18 de diciembre el patronato celebrará una reunión (ordinaria, la de cierre de ejercicio) y el cisma de Sijena no pasará desapercibido. En Aragón, en cambio, hay unidad en lo básico: los restos de los murales arrancados por Josep Gudiol en plena Guerra Civil de un monasterio arrasado por las llamas deben de volver.

Transcurrido medio año desde el fallo, tres preguntas básicas siguen sin respuesta.

Cuándo

Es la decisión más esperada, porque a partir de ella no habrá opción de echar marcha atrás. Aunque cada vez tienen menos, en la dirección del MNAC todavía albergan esperanzas de que la respuesta sea nunca, dado que han defendido no tener capacidad técnica para efectuar esos trabajos sin dañar las pinturas. En un auto, la jueza señaló recientemente su intención de dar “cumplimiento efectivo” al fallo. Tanto el Gobierno de Aragón como el museo han presentado sus propuestas de cronogramas para efectuar el traslado. El primero considera que con siete meses puede haber suficiente y el segundo habló de un mínimo de año y medio, aunque su planteamiento se cerró antes de acabar todos los análisis de las pinturas.

El Ayuntamiento de Villanueva de Sijena todavía no ha presentado su propuesta, que estaría ultimando. Su abogado, Jorge Español, es muy cauto y quiere huir de calendarios precipitados en aras de la conservación de las pinturas, conservadas en un alto estado de fragilidad a causa del arranque urgente de 1936 y de los efectos de las llamas que quemaron el convento.

Un informe del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), tal y como ha demandado el MNAC directamente al Ministerio de Cultura sin respuesta efectiva, podría cuestionar el traslado si sus técnicos avalaran el resto de informes que advierten de la extrema fragilidad de las pinturas y del riesgo de transportarlas. La jueza ha descartado pedir ese documento. En casos anteriores como el del Guernica o el de la Dama de Elche, que no estaban judicializados, ese organismo de Cultura había desaconsejado el traslado de obras, en una conclusión siempre respetada. El 18 de diciembre es posible que vuelva a surgir esa petición de forma directa en el patronato del MNAC, del que es miembro el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí.

Cómo

Los técnicos del MNAC han dicho por activa y por pasiva que no cuentan con la capacidad técnica para efectuar el traslado sin infligir más daños a los restos de los murales románicos. El director general de Cultura de Aragón, Pedro Olloqui, ha defendido la posibilidad de trasladarlos sin riesgos, y la consejera de Cultura, Tomasa Hernández, llegó a manifestar en una rueda de prensa hace cuatro meses: “¿Que pueden sufrir algún daño, como posible, como hipotético? Lo repararemos”. Todos los informes que tiene en sus manos la jueza hablan de la necesidad de efectuar una evaluación de riesgos del traslado, tal y como marcan las directrices internacionales homologadas. Esos informes amenazan con prolongar todavía más los plazos que han tenido en cuenta tanto el Gobierno aragonés y el MNAC. Ninguna administración ni el museo han planteado cómo se podría hacer.

Solo el proceso de desmontaje, según publicó EL PAÍS tras hablar con tres técnicos expertos en conservación, generaría graves tensiones en las pinturas, que, según un informe que consta en el juzgado, cuenta con más de 700 puntos críticos (levantamientos de pinturas, grietas, abombamientos) que tendrían que protegerse antes de cualquier movimiento. Asimismo, el desmontaje supondrá el serrado de más de 5.000 clavos que unen las telas a los bastidores que las sujetan, cuyas vibraciones agravan los peligros. Los 132 metros cuadrados de pinturas tendrán que ser separadas en las 72 piezas que salieron de la extracción por la técnica del strappo realizadas en 1936. En todo caso, se trata de una operación sin precedentes a tenor de los daños sufridos en el incendio y con un alto grado de incertidumbre acerca de la reacción de los murales.

Adónde

La sentencia habla de restitución, por lo que las pinturas deberían ser devueltas a la sala capitular del monasterio de Sijena. Las condiciones no figuran en ningún documento conocido todavía, un factor que debe ser tenido en cuenta en cualquier proyecto de traslado. El Gobierno de Aragón ha manifestado que cumple las condiciones para albergar las pinturas, al menos en lo que respecta al control de temperaturas y humedad. Una de las cuestiones es que las pinturas están montadas ahora sobre bastidores que, al menos en el caso de los arcos, no cabrían en su lugar de origen, por lo que serían necesarias modificaciones.

Español, pionero en el litigio judicial por las pinturas de Sijena, señala que no debe descartarse que las pinturas se trasladen a Aragón y se mantengan en reserva un tiempo antes de ser instaladas en la sala capitular de forma definitiva.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 
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