Vanguardia antigua

Una exhibición, un recital de José Pedro Carrión. Creo que hace poca falta: sus aptitudes, sus cualidades de gran actor, son muy conocidas: su voz o sus voces, su entrada en personajes inverosímiles, su acrobacia, su inspiración interpretativa.No creo que este Perico Galápago forme parte de su antología. Quizá esté en la de Mario Vedoya, que, menos popular, es un excelente actor; o en la de La Maña. creo que es la primera vez que esta excelentísima, cómica de El Molino de Barcelona, donde tiene tanto de improvisadora y casi de autora de sus propios textos, pasa a la comedia organizada. Se la prefiere en su antigua forma, pero no desmerece en ésta.

Lo peor de todo, incluyendo a Margallo como director y su trayectoria de actor y de autor, y la ruptura que hizo en un tiempo de teatro amojamado y tópico, es la obra en que trabajan. La biografía de este Pedro Galápago importa poco: su carácter tragicómico no aporta gran cosa; su estilillo de teatro de vanguardia de la época en que se habló del underground, que no valió ni siquiera cuando estaba fresco y reciente, tampoco sirve ahora. No se ve demasiada razón a este estreno.