Los farmacéuticos piden una ley que impida liberalizar en las autonomías
Los empresarios rechazan la libertad de horarios
La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), que agrupa a 11.000 oficinas, pidió ayer una "ley de mínimos" de ámbito nacional que homologue la prestación farmacéutica en toda España. En otras palabras, que impida iniciativas como la del gobierno extremeño que rompe el monopolio de colegios y profesionales sobre este servicio, calificada de "disparatada" por el secretario general de la FEFE, Carlos González-Bosch. Admitieron cierta flexibilidad para negociar horarios y aperturas, pero siempre en manos de los colegios.
"Una ley de mínimos es necesaria para que sirva de referencia a las comunidades autónomas que tengan competencias legislativas sobre ordenación sanitaria", dijo el presidente de la FEFE, Manuel Domínguez. El secretario general, González Bosch, fue más allá. "Iniciativas como la extremeña nos llevan a una situación disparatada", dijo.A los representantes de la patronal farmacéutica les gustan las regulaciones realizadas por el País Vasco y Cataluña, dentro de los cánones de la actual ordenación a nivel nacional, pero no el proyecto del gobierno socialista de Extremadura, aprobado el pasado martes, que convierte a la farmacia en una licencia administrativa a los profesionales sin posibilidades de trasmitirla a sus descendientes. La Administración autonómica se reserva también la apertura de farmacias allí donde los considere necesario.
Frente a esta intervención, basada en la consideración exclusiva de servicio público, Bosch anunció que los empresarios van a hacer "una defensa rigurosa de la actual ordenación farmacéutica". "No hay alternativa al sistema actual", defendió tajante. "Entendemos que cualquier otra fórmula nos llevaría a que fuera el mercado el que regulara la prestación y esto sería una barbaridad. La regulación es la que ha posibilitado que hoy cada ciudadano tenga una farmacia a menos de 250 metros de su casa", añadió.
La FEFE expuso que en estos momentos hay en España una farmacia por cada 2.091 habitantes, "el doble de lo que aconseja la Organización de la Salud), dijo Bosch. Si debe haber alguna flexibilidad en cuanto a horarios de apertura y distancias mínimas, debe seguir siendo competencia de los colegios profesionales, a juicio de los responables de la FEFE, que dedicaron duras críticas a las dos farmacias, una en el centro de Madrid y varias en Valencia que han decidido abrir durante 24 horas ininterrumpidas. "Estan conculcando la legalidad de una forma muy negativa", afirmó Bosch, quien consideró que los horarios tienen que estar pensados para asegurar el servicio. "No se concibe que el mercado dictamine", insistió. Manuel Domínguez, que defendió la absoluta compatibilidad entre la cualidad de negocio y servicio sanitario público de una farmacia, afirmó: "Un servicio ordenado y regulado es mejor que un sistema individualista y voluntarista".
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