La literatura de Benjamín Jarnés, sometida a revisión crítica

La reciente adquisición del archivo y la biblioteca particulares del intelectual Benjamín Jarnés (1888-1949) por parte de la Residencia de Estudiantes ha sacado a la luz la correspondencia inédita entre el escritor y representantes de las generaciones del 98, del 14 y del 27, como Gregorio Marañón, Eugenio d'Ors, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre o José Bergamín. El legado consta de unas 300 cartas y de más de 3.000 títulos.

Con motivo de la inclusión en sus archivos del legado de Jarnés, que incluye revistas, novelas y ensayos, además de la propia obra del autor, la Residencia se ha propuesto llevar a cabo una revisión crítica de este intelectual, al que muchos críticos consideran uno de los mejores prosistas del presente siglo. El próximo martes se celebrará una mesa redonda en la sede de esta instución cultural que tendrá como protagonista a Jarnés y que contará con la participación de Rafael Conte, Juan Manuel Bonet, Jordi Gracia y José Carlos Mainer. Con esta revisión crítica, la Residencia quiere sumarse a los tímidos homenajes habidos con motivo del centenario de su nacimiento, que intentaron recuperar esta figura injustamente olvidada. "Escritor secreto", en palabras de Rafael Conte, uno de sus más profundos conocedores, Benjamín Jarnés alcanzó gran notoriedad en la España de la preguerra civil con una obra dilatada, que comprende medio centenar de títulos y unos 1.500 artículos de prensa. Su carrera como escritor apenas duró los 10 años previos a 1936. Al finalizar la guerra se exilió a México, donde ejerció como profesor y continuó colaborando con publicaciones periódicas. En 1948 regresó a España muy enfermo, y murió al año siguiente, a los 60 años.Según los especialistas en su obra, Benjamín Jarnés representa mejor que ningún autor español la literatura intelectual, que se halla en el extremo opuesto al realismo tradicional. Jarnés encabezó un grupo generacional de narradores, entre los que destacan Max Aub, Antonio Espina o Rosa Chacel, para los que la realidad inmediata no existe más que en un sentido estético y cuya obra está fuertemente influida por la lírica.

Jarnés nació en el seno de una familia humilde en 1888 en Codo, Zaragoza. Inicialmente se formó en el seminario, pero terminó ingresando en el cuerpo administrativo del Ejército. Tras un primer destino en África, su trabajo le lleva a instalarse en 1919 en Madrid. El triunfo como escritor le decide a pedir la excedencia y dedicarse plenamente a las letras. Es a partir de ese momento cuando Jarnés comienza a frecuentar a los más destacados intelectuales de la época. Fiel discípulo de Ortega y Gasset, fue asiduo colaborador de la Revista de Occidente, en cuya colección Nova Novorum fueron publicadas algunas de sus novelas.

Su primer libro, Mosén Pedro, data de 1924. Se trata de un retrato novelado inspirado en la figura de uno de sus hermanos, dedicado al sacerdocio. Sus dos obras maestras tardaron unos años en llegar: Locura y muerte de nadie, escrita en 1929, y Viviana y Merlín, en 1930.

Durante la posguerra, la obra de Jarnés cayó en el olvido. Años después su literatura fue duramente criticada en trabajos como los de Max Aub, o Torrente Ballester, por "evasiva y descomprometida". A finales de los años setenta da comienzo un movimiento crítico que revaloriza su producción literaria.