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Se le paró el reloj

Rojas / Litri y Jesulín

Toros de Gabriel Rojas, anovillados, sospechosos de afeitado e inválidos. Litri: pinchazo sin soltar, estocada casi entera contraria y dos descabellos (silencio). Estocada (oreja). Estocada tendida soltando la muleta (oreja). Salió a hombros. Jesulín de Ubrique: aviso antes de entrar a matar pinchazo sin soltar, media trasera baja y tendida y descabello; la presidencia le perdonó el tercer aviso (silencio). Estocada casi entera trasera, bajísima y rueda de peones. Dos pinchazos sin soltar y bajonazo descarado. Sobresaliente: Miguel Carrasco. Plaza de Toledo. 30 de marzo. Un cuarto de entrada.

Al presidente debió de parársele el reloj durante la faena de Jesulín al segundo toro. Jesulín, que había recorrido todo el. ruedo pegando trapazos, se puso muy pesado a la hora de entrar a matar. Sonó el primer aviso, con retraso, cuando aún no había decidido cómo liquidar a aquel manso huidizo. A partir de entonces, el presidente se olvidó del reloj. También a Jesulín. Mató el toro a los 17 minutos de sonar el clarín del cambio de tercio. El toro debía haber sido devuelto a los corrales. O, mejor, no haber salido de ellos. Toda la corrida debió haber sido rechazada y devuelta al ganadero, para que, si es su gusto, se la coma con patatas.Una ruina de toros, novillos más bien, afeitados hasta las orejas" inválidos y sin casta. Pero la fiesta está así montada, convertida en una monumental estafa. Aunque parece que la gente empieza a estar harta de que le tomen impunemente el pelo. Como el pasado domingo en la plaza de Mérida, el coso de Toledo registró un escasísimo cuarto de entrada.

La corrida fue un tostón. Un serial insufrible de trapazos y tironazos. El viento molestó en los dos primeros toros, luego amainó, pero los trapazos seguían y seguían. Jesulín de Ubrique fue a pasar el rato. Desganado, extrañamente serio el semblante, intentó siempre acortar las distancias, provocando que sus toros no embistieran para intentar ese parón característico que le ha hecho multimillonario. Pero todo quedó en intento. Le tocó el mejor toro de la corrida, el cuarto, que tenía algo de fiereza, y ahí se vio claramente a lo que había ido Jesulín a Toledo, a no hacer nada.

Litri brindó al público el primer toro y luego no paró de correr durante toda la faena. Más preocupado por el viento que por torear, Litri no pasó de pro baturas, se vio desarmado dos veces y, sin utilizar la mano izquierda, no se complicó la vida. En el tercero anduvo más animo so, intenta el toreo al natural y da algunos pasos estimables, sin más. El litrazo llegó en el otro, tras un molinete de rodillas en el centro del ruedo, en el que el toro, con genio, le desarmó espectacularmente. A base de gritos que debían de oírse desde el Alcázar, Litri hizo lo que sabe. Ni uno ni otro dieron un buen lance con el capote en toda la tarde. En el cuarto toro hizo un quite el sobresaliente Miguel Carrasco y los dejó en el mayor de los ridículos. Tres verónicas y media, muy buena la primera y aceptable la media. El festejo empezó con 20 minutos de retraso. A la hora del comienzo salieron los toreros y sus cuadrillas al coso y unos decían que hacía mucho viento y otros, que no. La verdad es que se podía torear sin mayores problemas,. como luego se demostró. Aunque si se hubiese suspendido la corrida, no nos habríamos perdido nada.

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