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El presidente colombiano culpa del 'narcoescándalo' a su ex ministro de Defensa

En 37 folios quedó consignada la declaración del presidente colombiano, Ernesto Samper, el martes, ante Heyne Mogollón, presidente de la comisión parlamentaria que investiga el caso. Esto -unido a 3 vídeos, 11 anexos y 14 documentos- conforma la defensa del primer mandatario, que fue calificada de débil: no hay nada contundente ni nuevo, como él había anunciado. La gran diferencia con su primera declaración en septiembre es que hace seis meses toda la culpa del narcoescándalo (entrada de dinero del cartel de Cali en la campaña Samper presidente) la tenía el ex tesorero Medina. En su nueva versión, Samper arremete contra el ex ministro de Defensa Fernando Botero, al que pintó como una especie de superhombre que "todo" lo sabía.Para derrotar la acusación de que sí sabía del ingreso de dinero del narcotráfico mostró su apretada agenda de giras durante la época electoral. Esto, según él, prueba que no tuvo ni un minuto para ocuparse de los asuntos financieros, que delegó en sus entonces hombres de confianza Botero y Medina. "¿Cuál ha sido su contacto con los hombres del nárcotráfico?", le preguntó el investigador. Samper se remitió al atentado de 1989, y que casi le cuesta la vida. "Ése", dijo, fue mi único contacto personal con esos señores".

Los dardos contra Botero fueron muchos y fuertes. Afirmó que si él insistió tanto para ser nombrado ministro de Defensa, no fue por servir al país, sino para encubrir sus fallos. Calificó de "perversa y novelesca" la versión de Botero -detenido desde agosto- sobre una gran campaña de encubrimiento orquestada desde el Palacio de Gobierno para ocultar lo ocurrido.

Afirmó también que jamás Botero le advirtió de la utilización de sus cuentas en el exterior para manejar dineros de la campaña y que ahora -después de que se supo que por ellas pasaron cinco millones de dólares durante los días de la segunda vuelta electoral- se explica por qué su ex ministro se ponía tan "nervioso" cuando se le hablaba de sus cuentas en Estados Unidos.

Habló también de Medina. Aseguró que no lo nombró de embajador, como quería el ex tesorero, porque la fiscalía le advirtió, en octubre de 1994, sobre la posibilidad de acciones ilícitas del hombre que manejó la tesorería de su campaña.

Tres ministros ante el fiscal

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El presidente aprovechó también para defender con vehemencia a sus tres ministros más cercanos: el de Gobierno, Horacio Serpa; el de Relaciones Exteriores, Rodrigo Pardo, y el de Comunicaciones, Juan Manuel Turbay. Los tres se tienen que enfrentar a un juez mucho más riguroso que el del presidente: una comisión de fiscales delegada ante la Corte Suprema de Justicia.

Los tres dan como hecho seguro que su futuro es la cárcel. Ayer, a las nueve de la mañana, llegó Serpa a la Corte; fue el primero en declarar. "Hubiera preferido un atentado a vivir esta situación", dijo hace poco el ministro de Gobierno. La prensa, como lo hizo cuando corrió igual suerte el ministro Botero, se ha dedicado a resaltar los valores personales y políticos de los tres ministros implicados. Hace poco le preguntaron a Rodrigo Pardo: "¿Es usted un caballo, una torre o simplemente un peón?". Pardo se identificó como alfil. Y remató: "Los alfiles muchas veces se sacrifican para preservar al rey".

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