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Turín 96, más empleo, más Europa

ANTONIO GUTIÉRREZ / CÁNDIDO MÉNDEZLos secretarios generales de los principales sindicatos, en el primer artículo que firman conjuntamente, abogan, ante la Cumbre de Turín, por la construcción europea, pero exigen que se conceda a la creación de empleo la misma importancia que a la política monetaria

La Conferencia Intergubernamental (CIG) de la Unión Europea ha sido convocada bajo la presidencia italiana, cumpliendo lo establecido en el Tratado de Maastricht de 1992, que prevé su revisión para introducir modificaciones, ya entonces consideradas necesarias, sobre todo para reformar el funcionamiento institucional a que obligarían las nuevas ampliaciones.Sin embargo, para UGT y CC OO y para el conjunto del movimiento sindical europeo, esta conferencia debería abordar una reforma en profundidad y proceder, frente al creciente euroescepticismo, a un relanzamiento del proyecto de unidad europea que corrija los desequilibrios actuales.

La Conferencia Europea de Sindicatos (CES) presentará a los jefes de gobierno de la UE importantes enmiendas para su estudio y consideración por la CIG. Muchas de ellas son plenamente coincidentes con las posiciones del Parlamento Europeo.

El objetivo central de la CES es el pleno empleo y, en lo inmediato, el cumplimiento de los compromisos del Libro Blanco de Jacques Delors de reducir el paro en la Unión Europea (actualmente está en 20 millones de trabajadores) a la mitad para el año 2000.

Este es también el reto que, en el plano nacional, UGT y CC OO nos hemos fijado mediante una activa campaña por el "Empleo Estable". A través de esta campaña pretendemos implicar al conjunto de la sociedad española en el esfuerzo de lograr soluciones eficaces a este gravísimo problema, estableciéndonos como metas concretas el recorte del paro a la mitad en un plazo de siete años y la drástica reducción de la temporalidad en tres años.

Ésta es, por otra parte, la principal preocupación del movimiento sindical europeo, que es unánime en exigir que el empleo esté en el centro de todas las políticas comunitarias. Estas deben fortalecerse, además, intensificando las acciones de los Fondos Estructurales y del Fondo e Cohesión, tal y como reclama también el Consejo Económico y Social de nuestro país en un reciente informe. Es urgente de manera especial que la Unión Europea tenga poderes y medios que le permitan llevar a cabo una verdadera política económica coordinada a escala europea. Los procedimientos laborales establecidos en la Cumbre de Essen deben ser ampliados e incorporados al trabajo junto a los procedimientos de vigilancia.

En consecuencia, el Tratado debe incluir mecanismos vinculantes de creación de empleo y conceder a éste la misma importancia que a la política monetaria.

La credibilidad del proyecto europeo se juega en torno al empleo, sin menospreciar otras cuestiones sin duda importantes, como la democratización interna o la política exterior. Como señala el manifiesto de la CES, el éxito de Europa depende de la combinación entre progreso económico y progreso social.

Y tal y como advirtió Emilio Gabaglio, secretario general de la CES, el movimiento sindical europeo no dará cheques en blanco. Después de tantos años de defensa incondicional del proyecto europeo ha llegado el momento de que éste acepte e integre una dimensión social hasta ahora vetada o marginada.

Efectivamente, las perspectivas no son buenas. La reducción de la inflación se ha hecho a costa del crecimiento y del empleo, cuyos costes han perjudicado a las finanzas públicas y a la reactivación, que ha sido débil e insuficiente, cuando ya existen datos de una nueva recesión en algunos países.

Es positiva la iniciativa de Jacques Santer, el presidente de la comisión, de convocar una mesa redonda con patronales y sindicatos sobre el empleo, y por ello participaremos activamente en su desarrollo. Pero el diálogo social, aunque sea al máximo nivel, y aún en el caso de que fructifique no puede eliminar la necesidad de medidas políticas y de reformas institucionales sobre el tema.

Los sindicatos europeos pediremos que los derechos sociales fundamentales sean integrados constitucionalmente, superando así el Tratado de Maastricht que sólo los recogió y de manera parcial en los anexos, permitiendo la autoexlusión británica.

Entre las materias que la CES quiere constitucionalizar, se incluyen la igualdad de trato e igualdad de oportunidades, la prohibición de la discriminación racial y la xenofobia, la libre circulación, los derechos sindicales de asociación, negociación colectiva y de huelga (todos ellos referidos al ámbito europeo), la protección de la salud y la seguridad en el trabajo y la información y consulta, cuya regulación ya se ha iniciado con la Directiva, que permite la creación de comités de Empresa multinacionales.

La Confederación Europea de Sindicatos, y con ella CC OO y UGT, no minusvalora el debate que en torno a la reforma política y a la Unión Monetaria puede polarizar el desarrollo de la Conferencia, entre los partidarios de mantener e incluso agudizar el control por parte de los gobiernos y lo que quieren fortalecer los poderes del Parlamento y de la Comisión. Y entre los que quieren una Europa de dos velocidades y los que pretenden corregir la UEM fortaleciendo la cooperación entre todos los estados y la coordinación económica.

Apostamos por una dinámica federalista, con unas instituciones europeas fuertes, representativas de los pueblos de Europa, y por el desarrollo de la ciudadanía europea.

Para ello es importante ampliar el papel del Parlamento Europeo (única institución internacional elegida por sufragio universal) y simplificar el procedimiento de codecisión. Las decisiones por mayoría cualificada, deberían ser la regla para las materias sociales y de medio ambiente.

Nos pronunciaremos a favor del desarrollo del concepto de ciudadanía europea, que debe ser ampliado para la protección de los derechos humanos, protegiendo jurídicamente de toda discriminación a todas las personas residentes en la UE.

Los actos que la CES y los sindicatos italianos han organizado en Turín el día 28 son la señal de salida para una movilización sostenida y descentralizada en cada país, que deberá impulsar la CES y que los sindicatos CC OO y UGT estamos dispuestos a asumir, conscientes de la importancia que la CIG tiene para el futuro del empleo y de los derechos sociales.

Antonio Gutiérrez y Cándido Méndez son secretarios generales de Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores.

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