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El 'espacio imposible' de Escher se expone por primera vez en España en 100 grabados

La Fundación Carlos de Amberes presenta los juegos ópticos del artista holandés

Un centenar de obras gráficas del artista holandés Maurits Comelis Escher (1898-1972) se exponen desde ayer en la Fundación Carlos de Amberes, de Madrid (Claudio Coello, 99). Una banderola amarilla en la fachada del edificio reproduce unos peces surgidos del blanco y del negro. Es una de las imágenes de los espacios imposibles del artista, un adelantado a la geometría del caos y los fractales, según declaró el comisario de la muestra, el pintor José María Yturralde. La muestra El mundo de Escher: el espacio transfigurado permanecerá abierta hasta el 12 de mayo.

El pintor José María Yturralde buscaba en 1968 imágenes por el primer ordenador que llegaba al Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, junto a otros artistas como Barbadillo, Sempere y Soledad Sevilla. Ahora realiza "figuras imposibles" pero desde entonces sigue descubriendo nuevos aspectos de Escher, conocido hasta ahora a través de reproducciones de una parte de su trabajo, que, como señala el montaje de la exposición en la Fundacion Carlos de Amberes, comienza en 1921."Escher tiene una visión relacionada con el mundo de la ciencia", declaró ayer Yturralde ante los grabados en madera, litografías y fotografías del artista que se adelantó a los fractales (comienzan en 1983) con el desarrollo de unas perspectivas complejas. Los espejos mágicos, escaleras, esferas, cintas, espirales, edificios y animales son sus obras más difundidas, junto con la mano con esfera de su autorretrato y su propio ojo.

Las obras más conocidas de Escher figuran en la exposición, aunque la mayoría de ellas se presentan de forma cronológica para ofrecer "una evolución lenta, exacta, de una lógica interna sin fisuras, como fruto de su constancia en la sucesiva comprensión del espacio, de los problemas compositivos del cuadro, en el que los movimientos del horizonte, líneas y puntas de fuga, paralelismos, redes y ritmos espaciales comienzan a, ordenarse deotro modo", según Yturralde.

El hecho de que la obra de Escher se realiza a través del grabado es interpretado por Yturralde como una forma laboriosa de encontrar y dominar una destreza técnica para poder reproducir sus sueños y visiones. "`Lucha contra la dictadura de su propia capacidad. Es un hombre humilde y honrado, que conoce sus límites y se siente más cómodo con el grabado antes de entrar en la pintura. Es un hombre culto, que formó una orquesta de cámara, pero consciente de sus limitaciones".

El comisario recordó ayer los viajes de Escher por España, en 1922 y 1936, pocos días antes de la guerra civil, que no provoca el entusiasmo del artista por ciudades como Madrid, Cuenca, Tarragona, Toledo y Granada. En esta última se interesa por la ornamentación árabe de la Alhambra, y en el Prado por El Bosco y españoles primitivos, sin mencionar a los grandes pintores.

Yturralde no identifica a Escher con el surrealismo. "`El artista rechazó los movimientos de su tiempo, incluso dejó escrita su falta de interés. Tiene sus propios sueños y creo que en sus figuras imposibles no se pudo escapar a la influencia surrealista. Tenía más amistades de científicos, su padre era ingeniero y su hermano cristalógrafo. Su obra parte de las imágenes, no de teorías científicas".

La obra de Escher, según el comisario, se basa en la sucesión armónica de estructuras, ondulaciones energéticas y moduladores espaciales. Todo esto se puede rastrear en sus grabados. Una versión de su mundo se ofrece a la misma entrada de la exposición, a través del CDROM, en dos pantallas y en numerosos objetos de consumo: corbatas, camisetas, cuadernos, láminas, pañuelos, sellos.

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