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LOS NUEVOS ESTUPEFACIENTES

La última droga de diseño no figura en la lista internacional de sustancias prohibidas

Jan Martínez Ahrens

La última droga de diseño que ha irrumpido en las discotecas madrileñas, el GHB, no figura en las listas internacionales de sustancias prohibidas. En contra de lo que la policía creía, el primer análisis de este compuesto, efectuado por el Servicio de Restricción de Estupefacientes del Ministerio de Sanidad y Consumo, demuestra que se trata de una sustancia distinta a los derivados del éxtasis. El GHB, a tenor de este estudio, es un inductor del sueño utilizado habitualmente para el tratamiento de la narcolepsia,- la cataplejía, la parálisis del sueño y las alucinaciones. Pese a su peligrosidad -puede llegar a provocar estado de coma-, esta nueva sustancia, en los albores de su comercialización, gana cada día más adeptos en la noche madrileña. Sus camellos incluso la venden acompañada de un falso prospecto que ensalza su. pretendido efecto desinhibidor.

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El GHB se distingue de otros estupefacientes por ser líquido e incoloro, lo que facilita su mezcla con bebidas. Con un precio que ronda las 3.000 pesetas los 25 centímetros cúbicos, el éxito alcanzado por esta droga ha disparado la alarma de la policía.Pese a ello, las incautaciones de esta sustancia han sido excepcionales. Una de ellas fue practicada en diciembre pasado por a policía local en un control preventivo. Se trataba de un pequeño tubo, repleto de líquido, que fue remitido al Ministerio de Sanidad para su análisis.

El informe, al que este periódico ha tenido acceso, identifica la sustancia con el ácido gama hidroxibutírico -de ahí las iniciales GHB- y concluye que no figura en las listas de fiscalización internacional. Este factor implica, según las fuentes sanitarias consultadas, que, a diferencia del éxtasis o la heroína, no se le puede aplicar -la legislación restrictiva sobre drogas. "Para que una sustancia se incluya en la lista de la ONU pasan normalmente unos dos años desde que se detecta el problema. De todos modos, no todo aquello que es susceptible de ser una droga figura en la lista. Depende de si posee fines terapéuticos, del grado de peligro en caso de mal uso o incluso de su propia extensión. Por ejemplo, la gasolina, aunque pueda ser inhalada, no puede ser prohibida", dijo un responsable de la Dirección General de Farmacia, quien añadió que, a la vista de los resultados, el GHB no se prepara legalmente en España.

Fuentes policiales han manifestado que, pese a no estar prohibida, la distribución de esta sustancia puede ser perseguida, en tanto que se trata de un compuesto cuya venta tampoco está permitida. "Cabe la posibilidad de que la Delegación del Gobierno abra expedientes sancionadores por la vía administrativa. Estas multas oscilarían entre las 25.000 y las 50.000 pesetas", señalaron las fuentes policiales.

Los análisis desmarcan esta nueva sustancia de las drogas tradicionales, e incluso del éxtasis. También conocido bajo los nombres de Gama-OH, Oxibutirato Sódico, Somatomax PM, este compuesto es distribuido fuera de España en forma de polvo o de tabletas, habitualmente disueltas en agua para su administración oral o intravenosa (de ahí los tubitos en los que se vende en España). "Se utiliza para el tratamiento de la narcolepsia, cataplejia, parálisis del sueño, alucinaciones hipnagógicas y comportamiento automático. Los estudios sobre el sueño revelan que lo induce, mejorando la eficiencia del mismo", señala Sanidad (también el éxtasis nació como una droga usada por facultativos). Una vez ingerido, el GHB es rápidamente absorbido en el tracto gastrointestinal.

En contra de la creencia de los consumidores de que se trata de una droga sin efectos dañinos, el Servicio de Restricción de Estupefacientes indica: "Los casos de intoxicación por el uso ilícito de esta sustancia se conocen desde 1990 en distintos Estados de EE UU, Reino Unido y menos frecuentemente en otros países de Europa. La gravedad y duración de los síntomas dependen de las dosis de GHB y/o de la presencia de otras sustancias depresoras como analgésicos narcóticos, neurolépticos, benzodiazepinas, relajantes musculares, entre otros, y, con frecuencia, alcohol. La remisión espontánea de los efectos adversos se encuentra entre 2 y 96 horas, dependiendo de los factores mencionados".

Aunque no se conoce ningún caso de muerte por intoxicación, los expertos del Ministerio de Sanidad advierten que entre los efectos adversos más frecuentes figuran la depresión del sistema nervioso central, la amnesia, la somnolencia, los vértigos, las náuseas y los vómitos.

"Otros efectos que pueden presentarse son dolor de cabeza, confusión, incontinencia urinaria, dificultades respiratorias, temblores incontrolables y, ocasionalmente, hipertensión y alucinaciones. Incluso puede sobrevenir el coma con dosis entre 50 y 70 miligramos por kilo de peso", indica el Servicio de Restricción de Estupefacientes. Estas consecuencias, con todo, varían: "La misma dosis de GHB puede dar lugar a diversas respuestas en distintos pacientes y diferentes respuestas en la misma persona en tiempos distintos".

Frente a este análisis científico, algunos distribuidores de GHB han repartido con la droga un falso prospecto que ensalza los supuestos efectos de la sustancia -bienestar, desinhibición y potenciador sexual- y oculta sus peligros (ver EL PAÍS del 6 de diciembre). Esta falsificación, considerada una artimaña para aumentar el consumo, reduce los riesgos a "somnolencia, confusión, mareos y náuseas".

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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