Sin filme favorito, crece la expectación
Nicholas Cage y Susan Sarandon entran en todas las predicciones
En una ceremonia que volverá a poner al día el concepto de fenómeno televisivo-publicitario global, la Academia de Artes y Ciencias del Cine de EE UU anunciará mañana en Los Ángeles las películas y artistas que más les han gustado a lo largo de 1995. Esto y la presencia de cientos de periodistas en la ciudad, tratando de abarcar, interpretar y diseminar por el mundo el mensaje de los oscars, es lo que viene ocurriendo aproximadamente desde que hace unas tres décadas la fiesta se convirtiera en un acontecimiento universal.
En las horas previas a esta 68 edición, sin un título que domine claramente las predicciones ' Hollywood respira un aroma granjero que molesta a Mel Gibson, pero que sabe a gloria a quienes creen que la magia sigue siendo posible en el cine. La culpa la tiene el cerdo que habla.Si se pudiera decir que Babe es la clara favorita, todo sería más sencillo. En realidad los oscars de este año son una carrera abierta, más incluso que en otras ediciones en las que se ha utilizado tal adjetivo para aumentar la expectación. Todo el mundo opina, pero ni la crítica ni el público general decide los premios. Son exactamente 5.032 profesionales del cine quienes determinan el resultado-final.
Babe, también conocida como "la del cerdo que habla", es una de las películas más insólitas que ha llegado nunca a la noche de los oscars. Además, es australiana. Pero sus legiones de adeptos, muchos de los cuales son votantes de la Academia, no le garantizan un premio. Es como los partidos ecologistas: todo el mundo quiere que su programa se haga realidad, pero votarles requiere una cierta dosis de atrevimiento y romanticismo.
En la categoría de mejor película, Babe compite con Apolo 13 y Braveheart, que reúnen 10 candidaturas cada una y son la opción más evidente; con Sentido sensibilidad, cuyas mayores, virtudes (la campiña y el acento británicos vistos por un chino) pueden ser también su perdición; y con Il Postino, que es la quinta película en habla no inglesa que aspira al óscar (ninguna lo ganó hasta ahora).
Estas cinco contendientes resumen el panorama de confusión que existe ahora en Hollywood: un negocio que da trabajo cada vez a más gente, en el que cada vez se invierte más dinero y en el que la cantidad sobrepasa con creces a la calidad... Y que, por otra parte, reconoce y recompensa el valor de lo original, lo modesto y lo extranjero. Babe e Il Postino eran ya una apuesta significativa en este sentido, y quizá por eso este año se quedaron fuera de la carrera principal Pena de muerte y Leaving Las Vegas.
Pero el protagonista de esta última, Nicolas Cage, parece según todas las predicciones el destinatario de la estatuilla al mejor actor. Entre las actrices, Susan Sarandon es la favorita (con toda cautela) por Pena de muerte. Otro candidato sobre el que caben pocas dudas es Mel Gibson, casi seguro ganador por su trabajo de dirección en Braveheart. Dicen que a la Academia le agradan los actores metidos a directores, pero de nuevo hay que recordar que la Academia no vota, en común. Rematando la quiniela de favoritos en las gran des categorías, Kevin Spacey (Sospechosos habituales) y Ed Harris (Apolo 13) dominan la de actor secundario, mientras que entre las actrices de reparto, Mira Sorvino (Poderosa Afrodita) es la que tiene más razones para pasar hoy mala noche.
Para quienes interese lo que va a pasar en el Dorothy Chandler Pavilion mañana por la noche, sólo hay dos individuos en los que la emoción está ya fuera de juego. Su nombre es irrelevante: basta decir que pertenecen a la auditoría Price Waterhouse. Según la leyenda, son los únicos que acuden a la ceremonia esposados: a un maletín con los sobres de los ganadores.
Babelia
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