Sin tratamiento y mortal
Leicester
Cuando el Reino Unido prohibió en 1988 los piensos elaborados con entrañas de oveja, el consumidor comprobó que la dieta de las terneras británicas era distinta a la de sus primas continentales. Restos extraídos de los cadáveres de aquellos rumiantes domésticos eran añadidos al alimento diario de las reses. La sorpresa fue, además, doble. La presencia del equivalente a la encefalopatía espongiforme bovina en el ganado lanar es conocida desde hace dos siglos. A pesar de su incidencia en la cabaña del país, la práctica no se había modificado.
Para los científicos convencidos de la posibilidad de un contagio, no cabían más dudas. La enfermedad había traspasado la barrera de las especies. Ahora atacaba al hombre y sus síntomas eran los de una dolencia poco frecuente y denominada Creutzfeldt-Jakob.
De esta última se sabían tres cosas. Mata anualmente a una persona entre un millón, puede heredarse a veces y está asociada al tratamiento con hormonas del crecimiento extraídas de la pituitaria de cadáveres afectados. Las mismas se obtienen ya, de forma sintética. Lo que no está claro aún es cómo se transmite. La teoría más barajada apunta a una proteína infecciosa, denominada prion y capaz de alterar el funcionamiento de las sanas. No se descarta la presencia de un virus aún sin identificar.
En todos los casos, los cerebros presentan orificios similares a los de una esponja. No tiene tratamiento y es siempre mortal. Sus síntomas pueden ser: depresión, trastornos visuales, falta de equilibro en la marcha, trastornos neurológicos, dé la memoria, y finalmente desemboca siempre en demencia.El problema es que los casos diagnosticados desde 1993 escapan al modelo esperado. Tres de ellos han resultado fatales. Los 10 nuevos casos descubiertos ahora son anteriores a 1989. Stephen Dealler, microbiólogo especializado en la dolencia, mantiene que es ya demasiado tarde para los adultos pero que los niños no deben comer temera. Es posible que los pequeños, por su peso, estén más expuestos a contraer la enfermedad.
El comité científico gubernamental emitirá este fin de semana un comunicado sobre los riesgos para la infancia.
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