Para que sirva de lección
La disputa entre la Casa Blanca, y el Palacio de la Revolución. por establecer si las dos avionetas de Hermanos al Rescate! fueron o no abatidas en territorio cubano y el posterior barullo castristas-anticastristas carecen (le importancia ante la muerte de cuatro cubanos y el interés de Fidel Castro encargarse el proceso de acercamiento gradual con la Administración de! Bill Clinton.Ningún hermano tiene derecho a violar el espacio de otro, pero nadie tiene el derecho de lanzar un cazabombardero contra un par de avionetas. Existen sobrados recursos para obligar a un avión a que cambie de rumbo o simplemente obligarle a aterrizar, apresar a los infractores y juzgarlos. Matar es muy fuerte, aunque, por desgracia, sea ya algo cotidiano, e incluso un Gobierno aseguré que lo hizo "para que sirva de lección".
Evidentemente, Castro necesita un enemigo duro para mantener su viejo discurso de David contra Goliat. Ningún analista serio puede obviar lo desatinado que resulta -a simple vista- la decisión cubana de derribar dos aviones con matrículas norteamericanas en un momento de distensión entre ambos Gobiernos y cuando las encuestas y las pugnas republicanas predicen la reelección de Bill Clinton. Lamentablemente, el presidente norteamericano ha mordido el anzuelo y ha reaccionado a la medida de los deseos de los gobernantes cubanos. Si el Gobierno norteamericano', en vez de disponer otras vueltas de tuercas, hubiera condenado el asesinato, pero proclamando su deseo de seguir acercando posiciones e incluso anunciara la retirada de soberanía de un Estado extranjero, Castro se habría quedado sin discurso numantino, que es su hábitat natural.
Ojalá la muerte de cuatro cubanos a manos de otros cubanos no se repita jamás. Mis condolencias a sus familiares y amigos y a todos los cubanos del mundo, sin excepción.
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