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El precio del sentido

16 asociaciones de Comercio Justo venden en España productos del Tercer Mundo a "un coste de elaboración real"

Una única palabra saca de quicio a los representantes de las 16 organizaciones españolas que figuran en la coordinadora de Comercio Justo: caridad. "No intentamos crear estructuras de paternalismo que hagan que los productores dependan exclusivamente de nosotros. No se trata, por tanto, de asistencialismo sin más", dice el director de la fundación Intermón en Madrid, José María Vera. Cooperación o solidaridad tampoco son definiciones que entusiasmen. El Comercio Justo se dedica a vender productos del Tercer Mundo a un precio basado "en el coste real de producción". En España son cerca de 50 los grupos de productores que se acogen a esta fórmula."Reivindicamos simplemente una cuestión de justicia: acabar con la mano de obra barata a, través del contacto directo con cooperativas del Sur. Buscamos un precio digno", aclara la representante de la asociación Iniciativas de Economía Alternativa y Solidaria (IDEAS), Carola Reintjes.

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En definitiva, el sobrecoste que un consumidor del Norte paga por el café, las prendas de vestir o los artículos de regalo de artesanía que venden estos comercios es el precio de una garantía: no se ha empleado mano de obra infantil en su elaboración y los beneficios van a ser reinvertidos en la propia comunidad productora para proyectos de carácter social. Se paga exclusivamente lo que vale el sentido común, si es que tiene precio", insiste Reintjes. En el `polo opuesto de esta iniciativa, y como auténtica bestia negra, se encuentran las populares tiendas de Todo a cien. "Frente al plástico, ofrecemos salida comercial a los productos tradicionales y, frente a las gangas, resultado de la explotación, vendemos a un precio razonable y razonado, ya que la transparencia es quizás nuestra principal razón de ser", concluye la portavoz de IDEAS, empresa fundada en 1989 y pionera en España.

Los cálculos que ofrece la propia coordinadora sobre el volumen de negocio justo a nivel mundial, pese a todo, conceden un margen de optimismo limitado: aproximadamente 25.000 millones de pesetas constituye, el balance anual de ventas en el planeta. De otro modo, no se alcanza el 0,001% del conjunto del comercio convencional con el Tercer Mundo. En Europa, la última cifra disponible, de 1993, habla de 16.000 millones. En este último caso, la organización EFTA (European Fair Trade Association), que ofrece los datos, aglutina las iniciativas de 11 países europeos.

Las cifras españolas son aún más magras: Cerca 350 millones en el año 1994. "No creemos ni que sea mucho, ni poco. Llevamos funcionando apenas cinco anos y esto empezó hace 30 fuera de España", comenta Reintjes.

Hace tres años, se convocó el primer Encuentro Estatal de Economía Alternativa, Justa y Solidaria -organizado por IDEAS- en el que uno de los puntos a tratar fue el Comercio Justo. Entonces, fueron 30 las asociaciones participantes. En abril de 1995, la segunda convocatoria reunió a 200 colectivos.

El principal caballo de batalla de las cooperativas, fundaciones o asociaciones que se dedican a esta forma de negocio es el control exhaustivo del dinero. Las coordinadoras, estatal y europea, y el contacto directo con los productores son los avales que respaldan el juego limpio. "Los productores que trabajan con nosotros deben cumplir, además, un código de conducta, por así decirlo", dice la representante de IDEAS. El código incluye medidas que van desde el respeto al medioambiente, el reparto equitativo de los beneficios o la transperencia en la gestión. Medidas encaminadas, por tanto, a vetar cualquier forma de explotación.

"A todos nos conviene que todos estén bien. No se trata de medidas caritativas, sino de arreglar cosas que constatamos que están mal", dice a modo de resumen Jean François Cueunet de la asociación S'altra Senalla. Por otra parte, y para redondear el ataque al término paternalismo, el portavoz de Intermón destaca lo que juzga básico: "Los productores deben producir según contrato. Se les exige calidad y un plazo que respetar. La caridad se intenta dejar a un lado".

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