El rabo del perro de Alcibíades
Alcibíades, sobrino de Pericles y discípulo de Sócrates, era un magnífico estratega y un ídolo popular en Atenas. Y todo un pionero de las triquiñuelas del marketing político. En una ocasión le cortó el rabo a su perro."¿Por qué le has cortado el rabo al perro, Alcibíades?", le preguntaron. Y él respondió: "Para que la gente hable de que Alcibíades le cortó el rabo al perro".
Esta historia me la contaba hace unos días Antonio Escohotado, en mi particular encuesta de campaña. Con Fernando Savater, Javier Echeverría, Víctor Gómez Pin, Miguel Marey, Gabriel Albiac, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Martínez Alier, Fernández Buey o Juan Cueto, cada uno a su manera, Antonio Escohotado pertenece a esa estirpe de libre pensadores, luciérnagas luminosas, que no anestesian las neuronas ni pastorean las ovejas y nos incitan a pecar, o sea, pensar por nuestra cuenta.
Ésta ha sido, en efecto, una campaña de rabo de perro. Una campaña paternalista, en la que los candidatos agitaban sonajeros para una audiencia infantilizada.
Antonio Escohotado exponía una curiosa paradoja. "Todo parece tener motivaciones económicas, todos utilizan el concepto mágico de crecimiento, pero luego no se habla de dinero, del verdadero uso y destino del dinero, de los contribuyentes". En una meta más democrática, habría que evitar que se "viva de la política". Es un iconoclasta pragmático. "Ahí tenemos, como modelo, la Confederación Helvética, con sus limitaciones de mandato y de honorarios, donde los gestores no pueden ganar más de lo que ganaban en sus profesiones, con consultas populares sobre asuntos clave que no se dejan sólo en manos de políticos, con gran autogobierno de las comunidades locales". Definitivamente, ésta no ha sido una campaña muy helvética.
Mientras hablábamos y hablábamos del rabo del perro de los candidatos, otro gran tema eludido ha sido el del medio ambiente.
Dicen que está de moda la cultura basura. Pero uno de los grandes problemas venideros es la inundación material de la basura basura. La mayoría de los políticos están empeñados en resolverlo con grandes incineradoras, que es como poner la mierda en la atmósfera, y no por medio de centros de reciclaje, que son también una alternativa de empleo.¿Qué va a pasar con la política energética, con el ahorro y las fuentes alternativas? ¿Qué se hará con los reactores nucleares de primera generación y los residuos que se amontonan?... En otros países que se toman como referentes sería imperdonable este mutis medioambiental y tantos otros ruidosos silencios.Y tampoco se ha hablado de fútbol, que ego sí que es un milagro. Bueno, ahora que caigo, José María Aznar prometió meter hoy un gol por la escuadra y el guardameta Felipe González que no pasará. Ocho de la tarde. Partido televisado y radiado. Aznar coge carrerilla, chuta con la derecha y... se me olvidó contarles que Alcibíades lamentó toda su vida haberle cortado el rabo al perro. A los atenienses, después de mucho hablar, les pareció un mal agüero.
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