El Ejército asegura no tener un papel en la salida de la crisis colombiana

"Las Fuerzas Armadas no tienen ningún papel que jugar en la salida de la crisis que vive Colombia. Somos el Ejército de la nación, no del régimen", afirma el general Manuel Bonett Locarno, director de la Escuela Superior de Guerra de Colombia.Bonett, que ha participado en el seminario Presente y futuro de las Fuerzas Armadas en Iberoamérica, que concluyó ayer en la Casa de América de Madrid, subraya que la "misión del Ejército es defender la seguridad y la estabilidad de las instituciones, una misión que no compromete a los militares con las personas".

El general insiste en que la única solución a la actual situación colombiana "es la institucional", para dejar claro "la inviabilidad" de que el presidente Ernesto Samper, que será juzgado por el Congreso por la filtración de dinero del narcotráfico en su campaña electoral, tratara de utilizar a las Fuerzas Armadas en provecho propio para salir del atolladero.

Bonett aseguró que la prioridad del Ejército colombiano son los conflictos internos y enumeró como principales amenazas "la corrupción administrativa, el narcotráfico, la narcoguerrilla y la delincuencia organizada".

Sobre las relaciones con Estados Unidos, dijo que son de "mutua confianza" en el plano militar y de ayuda tecnológica en la lucha contra el narcotráfico, pero criticó la "visión maniqueísta" del problema por parte de Washington, sobre todo por el Partido Republicano, que tiene una aproximación "racista" y amenaza con "sanciones comerciales" a Colombia si no acaba con los capos de la droga.

Sobre el conflicto en la región bananera de Urabá, al norte del país, donde la guerrilla lleva a cabo periódicamente matanzas de campesinos, Bonett se mostró pesimista y reconoció que "el Estado ha demostrado su incapacidad para resolver el problema".

Por su parte, el director de la Escuela de Defensa Nacional de Argentina, Guillermo Gasió, aseguró que "la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder civil es amplia y consistente" y que, por tanto, "no hay riesgo de nuevos amotinamientos militares".