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Elecciones 3 de marzo

Pagar con la misma moneda, una meta difícil

Estudiante de EconómicasDirector de un restaurante en Madrid

La moneda única europea, que se pensaba sería uno de los temas más presentes en la campana electoral, ha desaparecido de los mítines. Maastricht ha quedado relegado en la campaña, pese a la cercanía de la fecha prevista para la introducción de la moneda única -enero de 1999- que la cumbre de la UE celebrada en diciembre en Madrid bautizó como euro. De entre las grandes forma ciones, sólo IU se opone a los criterios de convergencia que esta blece el Tratado de Maastricht como condiciones indispensables, para alcanzar el euro Izquierda. Unida considera que atentan, contra los intereses de los trabajadores. El PSOE y el PP expresan en sus programas la firme convicción de que hay que converger y, estar en el grupo de países que formarán1a unión monetaria en 1999.

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La polémica, que apenas se da en la campaña, ha surgido en ámbitos como el empresarial, propiciada por el cambio de posición del ex ministro socialista de Economía Miguel Boyer. Antiguo defensor y diseñador de la unión monetaria, hoy es un firme detractor, entre otras cosas, por entender que prescindir del tipo de cambio es prescindir de un instrumento fundamental de ajuste económico y ceder soberanía.

Las declaraciones de Boyer, inmediatamente replicadas por el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, han abierto en España una discusión que ya se producía en el resto de Europa. Los contrarios al euro han empezado a asomar la cabeza, y entre ellos se encuentra el Círculo de Empresarios, crítico sobre la bondad del euro, aunque considera favorablemente la convergencia. El Instituto de Estudios Económicos y el Círculo de Economía son proeuro.

En opinión del PSOE, el PP y muchos expertos, España puede formar parte del grupo de cabeza en la creación del espació monetario europeo si sigue una política de rigor presupuestario. El déficit público (el de todas las administraciones) desciende desde 1994. Ese año alcanzó el 6,9% sobre el PIB, en 1995 fue del 5,9%, y este año el objetivo es el 4,4%. La inflación ha bajado en enero hasta el 3,9%, la tasa más baja de los últimos 27 años, y el diferencial de tipos de interés con Alemania, que. mide la confianza de los inversores en este país, se situó el pasado viernes en 3,41 puntos, el más bajo en 20 meses,

Se va por buen camino. Pero cualquier desviación del mismo sería duramente penalizada por los mercados, y el euro se escaparía de las manos. De ahí la expectación frente a los presupuestos que prepare el nuevo Gobierno para 1997. Serán decisivos para converger y entrar en la unión monetaria en 1999.

Ricardo Cardona

Presidente de una 'pyme' exportadoraA Ricardo Cardona, industrial textil desde hace 35 años, la unión monetaria le parece un gran proyecto plagado de obstáculos. El empresario, presidente de Paduana -sociedad radicada en Ontinyent (Valencia) que factura 3.000 millones anuales, y emplea a 200 operarios-, considera una "ardua labor" que países con realidades económicas tan dispares lleguen en igual plazo a un mismo obietivo.

"Pienso que para cumplir los criterios de convergencia, nuestro país debe adoptar medidas muy drásticas y no sé si a corto-plazo no nos arrepentiremos". Al hablar de pros y contras afirma que "habrá unas reglas de juego más transparentes; habrá menos costes en las transacciones mercantiles, pero no todos los países miembros dispondremos de las mismas oportunidades para, competir en ese futuro espacio".

Virginia Amaro

"Será difícil, pero se conseguirá". Virginia Amaro, de 19 años, estudiante de segundo de Económicas y Empresariales en la Universidad de Sevilla, cree que España logrará cumplir los criterios de convergencia que le permitirán acceder a la moneda única, el euro. "Con una política de sacrificio se conseguirá", afirma. Virginia estima, no obstante, que España no saldrá favorecida con la moneda única. "En la Unión Europea hay países, como Alemania, que tienen una economía muy fuerte y que podrán entrar sin problemas. Sin embargo, nuestro país tendrá que hacer un esfuerzo demasiado importante", añade la estudiante. Virginia cree que "a la gente normal" no le interesa la polémica sobre si España debe entrar en la moneda única en el plazo previsto, el 1 de enero de 1999, o si debe retrasar su ingreso en la unión monetaria.

Gustavo Gorostegui

Gustavo Gorostegui, de 31 años, dirige un restaurante de moda en Madrid y afirma sentirse "un tanto confundido" sobre la unión monetaria. "Hay demasiada información, pero nada clara". Esa confusión le lleva a no aventurar un pronóstico sobre si España saldrá o no beneficiada por la adopción de la moneda única. "Creo que los expertos lo sabrán, pero dudo que la gente norma¡ pueda calibrarlo. Ni si será beneficioso ni si España está preparada para ingresar en ese proyecto".No duda al afirmar, sin embargo, que el euro será una realidad, aunque cree que fraguará más, tarde de lo previsto. "Primero dijeron que en 1997, luego que en 1999... pero se hará". ¿Por qué? Porque hay voluntad de llegar a la moneda única y, casi casi, porque lo propicia el devenir de la historia. "Hace años no parecía posible la Comunidad Europea y se hizo, ¿no?".

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