33 obras de Eugenio Lucas del Museo de La Habana se exponen en Madrid
La colección sirve para contrastar el mundo goyesco
El Museo Nacional de La Habana ha prestado por primera vez su colección de cuadros de Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870) para su exposición, a partir del próximo martes, en la Fundación Cultural Mapfre Vida, de Madrid (avenida del General Perón, 40). Para la historiografía del arte español del siglo XIX es una ocasión excepcional para ver obras desconocidas en España y establecer su relación con el mundo goyesco. La atribución de cuadros entre Lucas y Goya es continua. El Metropolitan de Nueva York acaba de replantear la atribución a Goya del cuadro Majas en el balcón. La muestra estará abierta hasta el 21 de abril.
Tres variaciones de Majas en el balcón aparecen en la exposición de Eugenio Lucas el Viejo para distinguirse de su hijo Lucas Villaamil, dos de ellas del Museo de La Habana y la otra de un coleccionista particular. El comisario de la muestra, Francisco Calvo Serraller, declaró ayer la necesidad de "depurar el catálogo de Goya para delimitar lo genuino de su mano", aunque señaló que en la exposición "hay un par de cuadros que acabarán siendo atribuidos a Lucas Villaamil", pintor que imitaba la obra de su padre.El mismo espacio en que estuvieron colgadas las obras de Joaquín Sorolla. -vistas por 160.000 personas- está ocupado por la colección del Museo de La Habana, que ha desplazado 33 cuadros -dos permanecen en el museo en restauración-. En otra muestra celebrada en 1983 en el Casón del Buen Retiro, sobre pintura cubana y española del siglo XIX, se prestaron diez obras. Junto con las colecciones del Casón y del Museo Lázaro Galdiano, Madrid se convierte en cita para el estudio de Lucas y su relación con Goya.
El conservador jefe de pintura española del Museo de La Habana, Manuel Crespo, confirmó ayer el interés de los expertos por la obra de Lucas y la oportunidad de ver la colección de La Habana. El fondo surge en 1954 con una donación de 19 cuadros, que se amplió con otras compras. En el montaje -las obras han sido limpiadas al afectar el paso del tiempo a una pintura muy empastada- figuran dos cuadros de colecciones privadas: una réplica de la Plaza partida y Coqueteo en el palco, una versión de las majas.
Calvo Serraller situó la obra de Lucas en el romanticismo español, alejado de un costumbrismo de naturaleza folclórica y amable, identificado con lo andaluz como imagen del turismo. "Lucas representa el costumbrismo o la pintura de veta brava en un tono más crítico y desesperado, en lugar de ser complaciente y risueño. Se acerca más a lo popular y, como en Goya, son visiones contemporáneas".
El comisario destaca de Lucas su "capacidad de inspirarse en otros artistas", lo que se observa en obras de la exposición como las recreaciones de Velázquez en la serie de la corte de Felipe IV o en La santera de El Escorial, a partir de Ribera y la pintura española del siglo XVIL "Lucas es brillante, rápido; asimila diversos artistas. Produce desconcierto a los críticos porque no copia o falsifica, sino que interpreta sus temas. No es un copista, sino que conoce el mecanismo de otros pintores. Para conocer bien las obras se tendría que hacer una comisión como la de Rembrandt o una exposición sistemática del legado goyesco". Como ejemplo de su conexión con otros artistas -además de Goya, con Velázquez, Carreño, Murillo, Martínez del Mazo-, contó la anécdota de la intervención de Lucas -durante un viaje a París- en el Louvre para decir que un velázquez era suyo.
El montaje de la exposición agrupa los temas habituales de Lucas: corridas de toros, escenas de brujería, bandolerismo, costumbrismo popular, lances galanes y episodios bélicos o revolucionarios.
Babelia
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