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"Hay un narcisismo del desastre", afirma el historiador Juan Marichal

Los "liberales enteros" recorren el ensayo "El secreto de España"

El historiador Juan Marichal (Santa Cruz de Tenerife, 1922), catedrático emérito de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), mira "hacia atrás" para analizar las continuidades de la historia española de 1812 a 1978. En los ensayos de historia intelectual y política que contiene El secreto de España (Taurus) aparecen "liberales enteros más que un pensamiento liberal". "Creo firmemente que el 98 no fue un desastre. Había mucho narcisismo del desastre y sigue habiéndolo, aunque las cosas no están tan mal", declaró ayer.

El libro El secreto de España se presentará el próximo miércoles día 31 en la Fundación Carlos de Amberes, de Madrid (Claudio Coello, 99, a las 20.00) con la intervención del ministro de Educación y Ciencia, Jerónimo Saavedra, y el periodista Miguel Ángel Aguilar.Por este nuevo ensayo aparecen desde los doceañistas de Cádiz a Tierno Galván, en una línea de análisis histórico que el estudioso de Azaña y Negrín ha seguido en libros como Teoría e historia del ensayismo hispánico, El nuevo pensamiento político español, La vocación de Manuel Azaña y El intelectual y la política. "El libro no se hubiera escrito sin los 20 años de renacimiento democrático".

El pensamiento liberal atraviesa los 20 ensayos, con aspectos sobre Constant, Michelet, Croce, Larra, Unamuno, Giner, Machado, Azaña, Ortega y Negrín, junto a la europeización de España, cultura y democracia, los intelectuales, la política y la guerra civil y el pensamiento transterrado. "Un pensamiento liberal original no ha habido en España, pero sí liberales enteros. La historia española ofrece personas más que pensamientos. En el libro me muevo como aquellos jesuitas exiliados que se indignaban cuando les decían que España no había aportado nada a la civilización. Creo que de verdad. España ha contribuido mucho a la civilización liberal. La gran figura del liberalismo español es Unamuno, con pensamiento y vivencia".

Marichal desvela secretos en una España que le apasiona, como el secreto de Goya, "el pintor más moderno del siglo XIX en una España clerical", en el mismo momento en que Napoleón cree que el país sólo tiene railes, o "el temple del pueblo spañol con la guerra". Las referencias a Europa son frecuentes n el último siglo y medio. "Unamuno era un gran europeo, pero no la reducía a Francia y Alemania, sino que era la Europa de los equeños países".

La ciencia

"Las cosas no están tan mal". Marichal no participa del pesimismo de la historia y recuerda con Vicens Vives que el 98 fue, un momento de gran prosperidad."Es peligroso estar repitiendo esquemas. Me sigue sorprendiendo que exista un narcisismo del desastre". Cuenta que Henry Kissinger reunió a las tres semanas de- morir Franco a los embajadores de Estados Unidos en Europa y les dijo que los españoles no estaban acostumbrados a resolver pacíficamente sus conflictos. Añadió que "había que tener mucho cuidado" y que el Partido

Comunista no debía ser legalizado. "Kissinger no sabía nada de España".

A los 20 años de la transición, Marichal se interesa por el desarrollo de varios grupos científicos y cita el trabajo de Ochoa y Grande Covián. "Hay todavía bastante insensibilidad sobre la inversión en la investigación, que tenía que haber sido mucho mayor. La ciencia es fundamental, como también lo es la Universidad".

"La historia qué no sirve para el futuro no es historia", afirma Juan, Marichal, para quien la influencia de la sociología es arriesgada, al imponer unos modelos que provienen de la sociología norteamericana.

Los amigos latinoamericanos del historiador -un largo exilio en Francia, Marruecos, México y Estados Unidos; en la Universidad de Harvard dirigió el Departamento de Estudios Latinoamericanos- le han trasladado su preocupación deVolvido de una España que mire sólo- a Europa. Tras sus numerosos estudios de intelectuales españoles no hay figuras de la estatura moral de Unamuno y Ortega"-, Marichal quiere hacer un libro sobre la América hispánica, como continuación de sus iniciales análisis de Bolívar, Martí o Sarmiento. "He vivido en esos países y por ser canario he estado siempre en contacto con esa rea lidad.. Me siento conmovido cada vez que estoy en uno de los países donde quieren que los es pañoles piensen que también son hispánicos".

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