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Tribuna:Las primeras elecciones palestinas
Tribuna
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El nuevo orden político

Las elecciones para el Consejo supondrán un cambio decisivo en la vida política palestina, a pesar del hecho de ser producto de un acuerdo con Israel que gran parte de los palestinos peciben como el comienzo de un pacto que es consecuencia de la aceptación de una derrota. El acuerdo israelo-palestino firmado en Washington el 28 de septiembre de 1995 exige que se celebren elecciones para el Consejo Palestino, y establece que éste tendrá poderes ejecutivos y legislativos. Se elegirán cerca de noventa candidatos. Será como un Parlamento y reemplazará al Consejo Nacional Palestino, el viejo y semidifunto Parlamento que integra la estructura de la OLP.Para el Gobierno de Israel, estas elecciones darán legitimidad palestina e internacional al acuerdo. Presumiblemente, se está iniciando un proceso "democrático". El Consejo también contribuirá a garantizar la continuidad y a crear una base de poder con interés personal en el acuerdo entre los palestinos en Cisjordania y Gaza. Para Yasir Arafat, las elecciones también servirán para dar legitimidad al acuerdo. Y el Consejo será asimismo un comienzo concreto y estructural del Estado palestino que todavía confía ver algún día establecido.

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Los sondeos de opinión han demostrado que habrá una participación de al menos el 70%. Esto requiere una explicación, dado que la mayoría de los palestinos entienden que el acuerdo con Israel no incluye ninguno de los derechos palestinos por los que muchos han luchado y se han sacrificado durante más de medio siglo. Una posible explicación tal vez sea que los palestinos de Cisjordania y Gaza desean un cambio tras 29 años de ocupación. Sin importar lo limitado o mejorable que sea ese cambio. También comprendenlas realidades políticas y, aparentemente, están dispuestos ahora a trabajar dentro de sus limitaciones.

La Intifada palestina también contribuyó eficazmente a comenzar el proceso que condujo al acuerdo. Ese proceso se inició formalmente con dos decisiones adoptadas por el Consejo Nacional Palestino en su reunión de Argel de 1988. La primera fue aceptar el principio de partición de Palestina en dos Estados, reconociendo por tanto a Israel. La segunda supuso la aceptación de las resoluciones 336 y 242 del Consejo de Seguridad de la ONU como base para las negociaciones, admitiendo así al Estado de Israel con las fronteras de 1967.

La Intifada también convenció a la Administración de Bush de la necesidad de realizar movimientos políticos en relación con el frente palestino, especialmente tras la guerra del Golfo. El, resultado fue la Conferencia de Madrid. Las rondas de negociación subsiguientes acabaron en un punto muerto, en parte a causa de que el liderazgo palestino, entonces en Túnez, no participaba directamente en lis negociaciones. A diferencia del Gobierno del Likud, el Gabinete laborista dé Rabin y Peres estaba dispuesto a reconocer a la OLP a cambio de un acuerdo que pudiera defender en su país. El resultado fue el acuerdo de Oslo I y "Oslo II", que se firmó en Washington en septiembre de 1995 y del que son consecuencia directa las actuales elecciones. La perspectiva de estos comicios provocó una crisis entre los que se oponían al acuerdo, especialmente los partidos políticos palestinos de la oposición. Era evidente que desde su celebración el centro de la vida política palestina estaría en Cisjordania y Gaza. El Consejo que se elija no sólo eclipsará al Consejo Nacional Palestino, sino que la propia OLP estará en vías de ser condenada al olvido político con el establecimiento de una Autoridad Palestina en parte de Palestina.

A los partidos de la oposición les pareció que entrar en el "nuevo orden político palestino" a través del único mecanismo disponible, las elecciones, estaba reñido con su rechazo a los términos del acuerdo israelo-palestino. Ya que éste parecía encerrar la, aceptación de la derrota plasmada en un arreglo servil. Sin embargo, no adherirse a las elecciones les dejaba en un limbo político, totalmente fuera de la política, y aparentemente en contra del deseo de la mayoría del electorado. A continuación la mayor parte de los partidos de la oposición sufrieron una crisis. Los debates internos sobre la cuestión se airearon en público por vez primera en la conferencia celebrada por el Instituto Palestino para el Estudio de la Democracia, en Ramallá, a finales de noviembre de 1995. El debate público continuó hasta finales de diciembre, incluso después de que varios partidos importantes de la oposición decidieran no presentarse a las elecciones.

Mientras tanto, un nuevo sistema político palestino está en vías de establecerse bajo la Autoridad Palestina encabezada por Arafat. Desde un punto de vista palestino interno, los indicios no alientan hasta ahora a creer que se están sentando las bases de la democracia. A pesar de las elecciones, se está creando un sistema unipartidista, caracterizado por la presencia influyente de varias fuerzas de seguridad y por el Gobierno personal y populista de Arafat. Hay diversos factores responsables de esto, incluida la debilidad de una dinámica y vibrante oposición que trabaja desde dentro del sistema político.

No obstante, no se puede excluir totalmente la posibilidad de un cambio en el futuro, aunque está condicionado por varios factores. Se pueden mencionar dos de los más importantes. El primero tiene que ver con el apoyo, o la falta del mismo, que los actores exteriores darán a un régimen no democrático. En este contexto, los actores principales son Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

El segundo factor es interno. Está relacionado directamente con la capacidad de la sociedad palestina para organizarse como contrapeso del poder relativamente ilimitado de la autoridad ejecutiva. Es en este contexto en el que los partidos políticos palestinos de la oposición pueden desempeñar un importante y eficaz papel.

No obstante, para esto tendremos que esperar a las próximas elecciones; cuando se celebren, si se celebran.

George Giacaman es profesor adjunto de Filosofía en la Universidad de Birzeit y cofundador y miembro del Consejo de Muwatin, el Instituto Palestino para el Estudio de la Democracia.

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