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La policía acusa a Garro y dos colaboradores de fraude y de beneficiarse con 1.550 millones

El informe de la Policía Judicial sobre la compra de seis conjuntos inmobiliarios por parte de Banesto en 1989 y 1990, aportado al sumario en las últimas horas, implica como presuntos autores y beneficiarios de 1.550 millones de pesetas de falso sobreprecio pagado por el banco a Fernando Garro, Tomás Allende Milans del Bosch y Cándido Fernández Tendero. El informe advierte que hay "infracciones a la legislación que regula la fiscalidad de las operaciones. y patrimonios", en referencia a quienes vendieron los inmuebles. El informe entregado al juez completa otros trabajos en los que se informó, por ejemplo, sobre transferencias de unos cien millones de pesetas a una cuenta del BBV del testaferro de Luis Roldán.

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El rastreo de los talones de las seis operaciones inmobiliarias, que el informe registra uno por uno, es apabullante. Hay nuevas imputaciones a aquellos que vendieron los inmuebles y otros activos a Banesto y a testaferros de Garro. Por ejemplo:"En el transcurso de la investigación se han puesto de manifiesto, también unos hechos presuntamente delictivos, cometidos en relación con estas mismas operaciones inmobiliarias, o con la disposición de estos fondos calificados de obtención fraudulenta. Se trata de infracciones a la legislación que regula la fiscalidad de las operaciones mercantiles y los patrimonios personales y societarios y cuyos autores serían aquellas personas que han realizado ventas (propios inmuebles, cuadros, y antigüedades u otras cuyo objeto no ha sido determinado)".Banesto, con la firma de Garro, entonces director general de servicios, compró en seis operaciones un grupo de solares, inmuebles y fincas en Madrid y alrededores. Pagó 2.996 millones. Pero sólo se registró en notario el abono de 1.026 millones. ¿Qué pasó con los 1.964 millones restantes? Unos cheques por valor de 328 millones fueron a las partes vendedoras o personas vinculadas a ellas, otros por 90,4 no han podido ser investigados y los 1.550 restantes han ido a un testaferro llamado Tomás Allende. El camino de estos 1.550 millones ha sido reconstruido.

Propuestas y precios

La historieta es breve: Garro pidió a su amigo y socio Tomás Allende que buscase unos loca les. Presunto conocedor del mercado inmobiliario, Allende presentó unas alternativas. A cargo de Garde quedó la selección de propuestas y los precios."Y tampoco" dice el informe de la policía judicial, "se puede mantener la teoría del engaño o sobrevaloración, ya que en ese supuesto, todos los cheques los habrían recibido los vendedores, que hubieran gestionado los cobros a través de sus respectivas entidades bancarias, lo que hubiera imposibilitado su concentración en una sola oficina". Se refiere al Banco de Comercio.

Allende pretendió salirse con una coartada sencilla. El dinero, los 1.550 millones, lo recibió como préstamo y se lo devolvió al interventor general de Banesto, Pedro Insaurriaga. El enigma no sería tal a no se por un pequeño detalle: Insaurriaga ha fallecido. Documentación, no hay.

¿Qué hizo Allende? Las inversiones y negocios que le ordenó Garro. Empezó por meter el dinero en dos bancos, Comercio y Sabadell. Compró obras de arte e hizo inversiones. De los 1.550 millones, ingresó 635 en el Banco de Progreso. Allí un amigo de Garro y de otro cliente selecto del Progreso, Mario Conde, entonces presidente de Banesto, dispuso del dinero para diversos fines. "Este punto de la investigación", dice, "resultó de interés excepcional ya que supone la disposición final de un dinero librado por Banesto al amparo de unas operaciones a las que realmente se ha destinado 1.446 millones".

Según el informe, cuatro personas y siete sociedades, participadas a su vez por varias más, están relacionadas con los 1.550 millones. He aquí un resumen:

Fernando Garro: "Esta persona aparece íntimamente relacionada con todas las operaciones investigadas. Sin su supervisión y autorización formalizada con su propia firma en cada una de las propuestas de compra, ni librado los cheques. Interviene en la gestión de los cheques una vez que han salido del dominio de Banesto. Se beneficia de parte del dinero obtenido fraudulentamente por su relación con las sociedades Inversiones Archanda, Inversiones Lucenses, May First Corp. y S'es Vents Limited; y a título propio a través de una cuenta en Banco Vitoria".

Enrique Garde: "Ocupaba la subdirección general de Obras en las fechas de adqusición de los inmuebles y por su cargo presenta las propuestas de compra (...). La enorme diferencia entre los precios propuestos y los escriturados debían haber sido suficiente causa para impedir que los firmantes de los cheques validaran las operaciones con su intervención y firma".

Tomás Allende Miláns del Bosch: "Su implicación en los hechos le viene de la amistad con la alta dirección de Banesto. En concreto con Mario Conde y Fernando Garro. Con él último comparte la condición de accionista de Inversiones Archanda, precisamente una de las beneficiadas con estos fondos".

Cándido Fernández Tendero: "Su relación con los hechos deriva de la gestión de los fondos que se ingresan en el Banco de Progreso, procedentes de los 1.550 millones obtenidos fraudulentamente. Él es quien permite que la gestión se tramite al amparo de operaciones de deuda pública, bajo identidades falsas o referencias imprecisas. Su responsabilidad excede la de la gestión bancaria y participa en la comisión de hechos presuntamente delictivos. Desde que los fondos entran en el Progreso se integran en una bolsa dineraria cuyo origen es anterior y se disponde de ellos en un período que abarca los años 1989,1990 y 1991 (...). Pero Cándido Fernández Tendero también tiene capacidad aparente de disposición".

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