"Estructura, societaria para ocultar, disimular..."
"En las operaciones vinculadas con los fondos, y siempre como beneficiarias han aparecido una serie de sociedades que remiten insistentemente a las personas mencionadas. La estructura societaria ha servido para ingresar dinero en negocios propios y para adquirir fincas e inmuebles cuya propiedad real quedaría así oculta o disimulada", dice el in forme. La primera pista analiza da ha sido la de Inversiones Archanda, en la que son accionistas tanto Fernando Garro como Tomás Allende. También participan en dicha compañía otras dos sociedades: Saitor, en la que a su vez es accionista Southern Trust Ltd, de Islas Vírgenes;, Cavia, en la -que a su vez es socio una empresa portuguesa, Limasa Investimentos e Servicios; y MCMC, propiedad de Allende y en la que participa Aunar Establishment, de Liechtenstein. "La sociedad Inversiones Archanda se beneficia de 54 millones de pesetas". Como la fichas de un dominó, después caen las sociedades vinculadas a Allende. Actinvest, que gana cuatro, millones; Safisa, con un beneficio de 15 millones; TCLA, con 13 millones e Idsa con nueve millones. Pero las sociedades de Allende son pantallas. En TCLA, por ejemplo, es consejero, según el informe, Carlos Dulanto Swayne, abogado del bufete de L.C. Rodrigo de Madrid. Aunque la policía no lo dice, el citado bufete es una pieza clave en las operaciones de Garro.Una vez que parte del dinero, es decir 635 millones, transitan temporalmente por el Banco de Progreso y se dispone de ellos, aparecen otros beneficiarios:
-TAIC, en la que participan testaferros de Garro, según confesaron ante el juez Manuel García-Castellón, se beneficia con seis millones, sólo transitoriamente antes de transferir el dinero a Inversiones Lucenses, sociedad tapadera que pertenece a Garro, en la que participan otras sociedades: Amaravillo, Aifos y Central House. También obtiene otros beneficios por la venta del 25% de Inversiones Archanda.
-Otras tres sociedades, MayFirst Corp, S'Es Vents Ltd., Soviges e Inversiones Cajatambo, nucleadas en torno al bufete de L.C. Rodrigo, adquirieron con beneficios procedentes de la compraventa de locales una finca en Ibiza.
