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Recuperar la confianza exterior

Juan Jesús Aznárez

Brasil

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America Latina, a un año del 'tequilazo'

El antiinflacionista Plan Real, que arrancó en julio de 1994 con bases parecidas al argentino ya que se fundamenta en la paridad cambiaria del real con el dólar, estabilizó Brasil, lo encareció y se afianza. La inflación cayó desde el 5.000% interanual de junio de 1994 al 26% en la suma de los doce meses siguientes.La irrupción del capital foráneo facilitó un mayor equilibrio fiscal y engrosó el volumen de divisas hasta cerrar el ejercicio pasado con casi 50.000 millones de dólares. Brasil, que trata de imitar el modelo chileno y afronta una complicada situación bancaria, es la tierra de promisión por excelencia y el gran mercado de los fabricantes de automóviles europeos y estadounidenses, cuya inversión comprometida asciende a 10.000 millones de dólares.

En este inmenso país de 160 millones de personas, el plan se mantiene en pie y ha permitido afrontar ambiciosas reformas estructurales que incluyen enmiendas de la Constitución para abrir los gigantescos monopolios estatales en diferentes sectores, el petrolero y de las comunicaciones entre otros.

Argentina.

El mortífero combinado de hace algo más de doce meses -la devaluación del peso mexicano y la pérdida de confianza- puso contra las cuerdas a Argentina, que entró en recesión al sufrir una grave crisis de liquidez con la fuga de 7.500 millones de dólares, el enfriamiento del crédito y la consiguiente caída del consumo y la actividad. Se interrumpía un crecimiento de cuatro años seguidos. El incremento de las exportaciones, que fue del 44% en el primer semestre de 1995, compensó en parte la caída interior de las ventas.El capital fugado, regresa poco a poco y las cuentas tienden hacia el equilibrio, según el Banco Central, al aguantar la convertibilidad, que hace cuatro años estableció la paridad entre el peso y el dólar y ha apuntillado la inflación hasta poco más del 2%.

La optimista recaudación fiscal de este mes cambió el clima. Cavallo piensa que la situación ha variado: "En 1996 el PIB crecerá de nuevo cinco puntos". Pero el desempleo se sitúa en un histórico 18,6%.

Chile

Son muchas las delegaciones gubernamentales y empresariales de países emergentes que llegan a Santiago para recabar datos sobre el funcionamiento de la economía latinoamericana más segura y próspera desde su apertura hace doce años, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Es la única con estadísticas aceptadas como fiables en cuanto a la significativa reducción del nivel de pobreza nacional, alto todavía. Sus reservas, 14.000 millones de dólares, son buenas para un país de 14 millones de habitantes, la inflación ronda el 7% y la inversión extranjera batirá récord este año después de sumar 1.459 millones de dólares entre enero y septiembre de 1995.

Venezuela

Para salir adelante, la deprimida economía venezolana confía en la apertura petrolera: la estatal Petróleos de Venezuela y los socios extranjeros que se hagan con la licitación este mes invertirán 60.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década. Mientras llegan los resultados, la economía de este país no crece y sufre fuertes presiones inflacionarias. El bolivar se devaluó el 11 de diciembre un 41,4%, consecuencia de las condiciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional para financiar el ajuste. Venezuela busca un crédito de 2.500 millones de dólares pero el FMI le exige reducir el déficit público al 3% del PIB en este año, frente a los siete puntos de 1995, y un fuerte impulso a las privatizaciones.

Perú

La economía peruana, que partía de un nivel muy bajo de desarrollo, se ha emparejado en crecimiento con la chilena. Con un crecimiento demasiado rápido, el enfriamiento era inevitable. El pasado mes de septiembre el PIB creció a una tasa interanual del 3,7%. Los éxitos del presidente Alberto Fujimori contra la inflación y el terrorismo de Sendero Luminoso tuvieron un efecto estabilizador fulminante y permitieron atraer un importante flujo de inversión exterior, encabezado por los 2.000 millones de dólares de Telefónica española. La renta per cápita es bajísima y se ha estancado. Perú ha renegociado el plazo de pago de su deuda, sus reservas de divisas son buenas y goza de la confianza de la comunidad financiera internacional para conseguir nuevos créditos.

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