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Arafat irá a Belén en Navidad tras el fin de 28 años de ocupación israelí

, La bandera israelí desapareció ayer de la estación de policía de Belén, establecida hace 28 años justo en la plaza del Pesebre. Todos sus habitantes saben que, de un momento a otro, partirán los pocos soldados y policías israelíes que aún quedan, y que por sus calles desfilará Yasir Arafat en su más reciente y espectacular retorno a la Cisjordania ocupada desde 1967. "Éste es el día que he estado esperando toda mi vida", susurró uno de los viejos y políglotas vendedores de postales para quienes estas fechas son su único medio de vida.

Belén está viviendo unas pascuas felices. Muchos de los habitantes de esta ciudad que se viste de gala para celebrar la Navidad y, sobre todo, la llegada de la autonomía palestina no se lo podían creer. Aunque la desaparición de la bandera israelí llenó de gozo a Belén, al anochecer todavía quedaba un pequeño contingente de policías y soldados israelíes de retaguardia en cuyos rostros se podía notar la impaciencia.Millares de turistas extranjeros fotografiaban a la gente que colgaba banderitas y enormes retratos de un Arafat sonriente, con su tradicional kefiya que recuerda en su forma ya no a una daga sino a un árbol de Navidad. "Momento histórico, momento histórico", repetía con entusiasmo Giuliano Motta, un peregrino milanés que dijo estar en su quinta visita navideña a Belén.

"Falta poco, falta poco", dijo Yusef Nasif mientras atenazaba el mástil de una bandera palestina a la antena de televisión de su tienda de recuerdos, el Happy Shop. "Mañana ya no veremos a un solo soldado israelí y aquí gobernará sólo nuestro querido presidente Arafat", declaró.

Arafat, que es musulmán, se ha convertido en la estrella de la Navidad de Belén. Tiene proyectado asistir a la misa del gallo en la Basílica de la Natividad del brazo de su esposa, Suha, que es cristiana. Palestinos musulmanes y cristianos quieren estar ahí para celebrar la visita de Arafat y el enorme simbolismo que ésta entraña tras la larga, penosa y violenta marcha de su pueblo.

"Jesús fue un rebelde"

"En años pasados poníamos énfasis en el significado de que Jesús fue un rebelde. Este año creó que deberíamos hablar de Jesús como el hombre que vivió y se sacrificó por la paz" dijo tímidamente un joven cura cristiano greco-ortodoxo.

El septuagenario y perennemente cariacontecido alcalde Elías Freij, también cristiano, ha descrito estas Navidades como el mejor acontecimiento tras años de penurias. "Que esta Navidad nos traiga paz, seguridad y solidaridad", dijo en una breve declaración. El patriarca Michel Sabá, el guía espiritual de los católicos de Tierra Santa, proclamó que la alegría había vuelto a Belén y que la presencia de Arafat en la misa del gallo será un mensaje de reconciliación y de respeto hacia otras religiones.

Pero si bien Arafat; que está todavía en Gaza, ya podía saborear su nuevo triunfo político y la nueva ola de popularidad que refuerza su Gobierno, preocupaciones mayúsculas no le faltaban. Sus esfuerzos por eliminar la barrera que divide a su Gobierno y a los sectores opositores del movimiento islámico se derrumbaron en las negociaciones que la OLP y Hamás sostienen en El Cairo.

Hasta anoche Arafat no había conseguido persuadir a sus rivales mas importantes a que abandonen el boicoteo de las elecciones del 20 de enero. Tampoco había logrado un compromiso categórico de las facciones más radicalizadas para que suspendan actos de violencia contra los israelíes que pudieran perjudicar el plan de paz que ha permitido la ampliación de la autonomía palestina a cinco ciudades cisjordanas. Mohamed Nazal, portavoz del Hamás, declaró en la capital egipcia que los islamistas no participarán en la elecciones ni aceptarán incorporarse al futuro Gobierno. Fuentes de Hamás señalaron, sin embargo, que existe "en principio, un acuerdo de caballeros" para no estropear el proceso electoral.

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