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El deterioro del conflicto presupuestario en EE UU dificulta la esperada bajada de tipos

Antonio Caño

, Las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos rebajara hoy los tipos de interés se desvanecieron ayer bruscamente al comprobarse que el Congreso y la Casa Blanca han sido incapaces de conseguir un acuerdo sobre el próximo presupuesto. La decepción se dejó sentir inmediatamente en la Bolsa de Nueva York, que perdió 101,52 puntos (un 2%) y cerró a 5.075,21, como síntoma del temor a que las condiciones económicas se vean de inmediato afectadas por el duelo político en Washington y por el retraso en la relajación monetaria. Los mercados europeos, cuya subida se ha agotado tras las rebajas de tipos de la semana pasada, se vieron arrastrados por la caída de EE UU.

Las posibilidades de una reducción de los tipos de los fondos federales, (ahora en el 5,75%), los que el banco central aplica a los bancos, no habían desaparecido por completo anoche. Pero algunos datos económicos contradictorios aparecidos en los últimos días y, sobre todo, la incertidumbre provocada por la crisis presupuestaria, hacen esa reducción mucho menos probable.Hasta hace pocos días, todas las condiciones estaban dadas para que la Reserva Federal relajara su política monetaria. Los cálculos de crecimiento para el último trimestre del año son del 2,5%, inferior a lo que se esperaba. La inflación está controlada en un 2,4%, y no representa una amenaza en estos momentos. El promedio de creación de empleo este año ha sido de 140.000 puestos de trabajo mensuales frente a 294.000 registrados el año anterior. A ello se ha sumado el hecho de que los principales bancos centrales europeos redujeron sus tipos la semana pasada, con lo que desaparece el riesgo de que una medida similar en EE UU pueda debilitar el dólar.

Los economistas contaban, por tanto, con una reducción de al menos 0,25 puntos en el tipo de fondos federales. El Gobierno también favorece esa medida, con objeto de evitar el peligro de una recesión concidiendo con el comienzo del año electoral en 1996. La Reserva Federal puede entender, sin embargo, que reducir los intereses justamente ahora, coincidiendo con la incertidumbre económica que provoca la crisis presupuestaria, enviaría un mensaje contraproducente. En todo caso, si no es ahora, los expertos creen que el banco central tomará esa decisión en la primera reunión de 1996.

Tal como ahora están las cosas, existe el riesgo de que tampoco para el año próximo la crisis presupuestaria quede resuelta. Ayer, 280.000 empleados públicos no fueron a trabajar porque el Congreso no le aprobó al presidente los fondos necesarios para pagarles sus salarios. El Congreso, controlado por los republicanos, y el presidente demócrata mantienen posiciones diferentes sobre cómo acabar con el déficit público en un plazo de siete años. Las diferencias se centran en el tamaño del Estado y en los programas sociales.

Europa no ha quedado al margen del cambio de expectativas que ha sufrido el mercado con respecto a la dirección de los tipos en EE UU. El optimismo que provocó la relajación monetaria de la semana pasada parecía llegar a su fin ayer. La fuerte caída de Wall Street (hay que remontarse a noviembre de 1994 para hallar un descenso de amplitud similar) impidió a las bolsas europeas consolidar los avances del día y cerraron con pérdidas. Madrid cayó un 0,1%. El dólar se debilitó y cerró 1,4318 marcos y 121,98 pesetas (1,4480 y 122,70 el viernes). En su caída arrastró a las monedas europeas más vulnerables. La española, cerró a 85,20 pesetas por marco (85,18 la sesión anterior).

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