El ruido del espectáculo

"Es el espectáculo de un arte caduco", dice Juan Manuel Bonet, director del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). "No es un fenómeno artístico", señala José Guirao, director del Museo Nacional Reina Sofía. "Hay una ofensiva neoconservadora", afirma el catedrático Juan Antonio Ramírez.Bonet no se acuerda del nombre del artista premiado con el Turner, Damien Hirst, pero sí de su obra presentada en la Bienal de Venecia de 1993, en la sección Aperto, defendida por Bonito Oliva, y sigue pensando que era, "bajo mínimos". Estudioso de las vanguardias históricas, se refiere a los años veinte y al movimiento dadá como unos provocadores con invención poética. "Esto de Londres es más ruido que nueces, caricatura de cosas que ya fueron. Es un arte de espectáculo que ya no provoca. A mí me interesan obras más silenciosas".

"No es un problema formal, sino de fondo". Guirao considera que la mezcla sociológica y artística siempre se ha dado, aunque ahora "los medios mueven a la opinión pública de forma internacional". En su opinión, es un fenómeno de la comunicación que contamina el mundo del arte y de una forma minoritaria. En la evolución reciente del arte, encuentra más provocativas las acciones de los setenta y las instalaciones de los ochenta que las actuales "formas de mercado y fenómenos inflados por malos artistas".

Conservadores

Para Juan Antonio Ramírez, cuyo último libro, El ecosistema y explosión de las artes (Anagrama), acaba de salir en francés, "el arte verdadero ha provocado siempre y los escándalos se suceden desde Caravaggio". Como ejemplos de las actuales posiciones "arcaicas y conservadoras, incluso timoratas", recuerda la exposición de Beuys en el Reina Sofía, "con el malestar que produjo en estamentos oficiales", y las ferias de Arco en Madrid, "que con provocaciones es difícil vender". Opina que en el arte actual hay luna "radicalización ideológica" en muchas propuestas de grupos marginales "que no se ha reflejado en la crítica".La provocación de los sesenta entra en los museos. El Reina Sofía prepara para el 23 de enero una retrospectiva del grupo Zaj, con sus acciones, y obras recientes de sus miembros, Juan Hidalgo, Esther Ferrer y Walter Marchetti. En una pieza como El secreto, un hombre y una mujer dialogan de forma ininteligible durante una hora; en El caballero con la mano en el pecho, un hombre y una mujer están frente al público hasta que él pone su mano en el pecho izquierdo de ella. Los Encuentros de Pamplona de 1972 demostraron que aquellos happenings, acciones y body art no eran el arte del franquismo.