Una ciudad convertida en alfombra
JAN MARTÍNEZ AHRENS Madrid se ha convertido para 600 dignatarios extranjeros en una alfombra. Un suave camino que parte de hoteles como el Ritz, el Palace o el Villamagna, y que se desliza, sin pararse en los semáforos, hacia lo más alto: la cumbre de la Unión de Europa (UE), que se celebra en el Palacio Municipal de Congresos. El acontecimiento, que durará hasta mañana, ha traído a la capital de España a los jefes de Estado o de Gobierno de los 15 países miembros de la UE y a la Comisión Europea en pleno, así como a los mandatarios de Hungría, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Rumania, Chipre y Malta, a los que se suman los gobernantes de Lituania, Estonia y Letonia y Turquía. Esta macrocuenta se redondea con los presidentes de Argentina, Uruguay y Paraguay, que han aterrizado en Madrid para firmar un acuerdo con la UE. En total, una treintena de primeras espadas de la política internacional, con sus respectivos séquitos. Mucho poder. Tanto que, para su protección y mimo el Gobierno ha desplegado a unos 6.000 policías y guardias civiles -sin contar los 400 agentes municipales-. En esta impresionante operación de seguridad, en cuya preparaciónse ha invertido más de un año, no se han descuidado los detalles. Primero, el alojamiento. A cada delegación, con una media de 30 miembros cada una, se le han reservado lujosos hoteles, aunque la elección final ha corrido a cargo de cada país.
Así, por ejemplo, el presidente de Argentina, Carlos Menem, al que, acompaña un séquito de unas 40 personas, reposará a partir de hoy sobre la misma cama que ya arrugó fa cantante Madonna: la de la suite presidencial del hotel Vifiamagna. El precio: 300.000 pesetas. Algo menos -165.000 pesetas- pagará el jefe de Gobierno italiano, Lamberto Dini, para quien el Palace depara su suite oval, es decir, 100 metros cuadrados de finísimo azul y fragantes camelias. Los poderosos alemanes y franceses se alojarán en el Ritz -un mínimo de 40.000 pesetas la habitación-, mientras que otras delegaciones menos opulentas -como la de Malta, de apenas cinco miembros- se han buscado hoteles más acordes con sus presupuestos patrios. "De los países candidatos a entrar en la UE, hay más de uno que sólo ha reservado para un día. Me imagino que es para salir disparado si fracasa en sus aspiraciones", comenta un responsable hotelero, quien, sin embargo, reconoció las ganancias aportadas por la cumbre. Un dinero que ha impuesto la incorporación al decorado de dos nuevos elementos: el detector de metales y el policía armado (por cortesía, los perros antiexplosivos sólo inspeccionan a las horas de congreso, con las habitaciones vacías).
A disposición de cada digna tario se ha puesto un vehículo blindado y un coche de "alta representación", así como otro por cada ministro. Para los asesores de rango inferior se han habilitado minibuses. Los trayectos han sido estudiados al milímetro -incluso con simulaciones-. Así, los responsables policiales sólo se permiten un margen de error de 10 segundos por ruta. Este grado de exactitud implica obviamente que ninguna caravana parará ante los semáforos o atascos. Para conseguir este objetivo, cada coche oficial irá custodiado al menos por cuatro agentes -dos motoristas y un coche patrulla-.
Calles, edificios, Cloacas. El control se extiende a policías de paisano, expertos en explosivos y agentes del subsuelo. Una vez en el Palacio Municipal, de Congresos, que ya acogió las cumbres de la UEO y del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, los dignatarios dispondrán de 80 despachos totalmente equipados, 400 líneas de teléfono, 70 ordenadores, cuatro salas para las grandes reuniones -con 200 micrófonos y 1.000 receptores de infrarrojos-, así como 60 receptores de televisión en circuito cerrado, 40 fotocopiadoras, 100 radiotransmisores y otros tantos fax. Y para que nada escape, acudirán unos 2.500 periodistas de 60 países.
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