La Unesco recuerda a José Bergamín
Un homenaje a José Bergamín y su obra poética se celebró ayer en la Unesco con la participación del director general de la institución, Federico Mayor Zaragoza; del director de la revista Litoral, José María Amado; la profesora de la universidad italiana de Salerno Rosa María Grillo, y de la escritora francesa Florence Delay. El acto se cerró con un concierto de guitarra flamenca de Yerba y un recital de poemas de Bergamín a cargo de Jacinta Cremades.José Bergamín vivió durante mucho años en el exilio, a no ser que consideremos que, por su peculiar trayectoria intelectual, sea mejor no hablar de "muchos" sino de "todos" los años, ya que esa peculiaridad le convirtió en exilado permanente, imposible su catolicismo progresista en España; imposibles sus simpatías comunistas entre estalinistas poco dados a los matices o entre anticomunistas viscerales; imposible al fin su elogio del derecho a la autodeterminación entre quienes prefieren el país,"antes rojo que roto" o entre unos franceses que le acogían pero no sabían cómo conciliar la profunda cultura hispana, del poeta con sus posiciones políticas.
Rosa María Grillo fue quien abordó el carácter paradójico del escritor, su necesidad, en tanto que intelectual, de estar "contra" y poner en duda todas las certezas. Los discursos de Federico Mayor y Florence Day también trataron, por otras vías, la misma cuestión, presente incluso en muchos de los títulos de la obra bergaminiana, que hablan de "cabeza a pájaros", "mangas y capirotes" "arte de birlibirloque", "fuga de una sombra", "importancia del demonio" o "fronteras infernales de la poesía". José María Amado se responsabilizó de evocar la persona más allá del personaje en un breve parlamento titulado Mí encuentro con Bergamín.
