La UE no cree necesario unificar sus legislaciones contra la droga

Más de 170 expertos reunidos en Bruselas han llegado a dos conclusiones relevantes en la lucha contra la droga en Europa. La armonización de las distintas legislaciones no es necesaria porque por encima de ello está el objetivo común que persiguen todos los países, reducir el consumo, aunque sea a través de caminos diferentes. Asimismo, las políticas preventivas, las acciones médicas y sociales, tienen tanta importancia como la represión del tráfico de droga o la penalización de su consumo.

La conferencia, organizada por la Comisión Europea, la presidencia española de la Unión y el Parlamento Europeo, se ha centrado en el debate del problema de las drogas desde cuatro puntos de vista: las políticas de prevención, la comparación de legislaciones, el control de la oferta y la represión del tráfico y la cooperación internacional."Aunque las legislaciones de los Estados miembros son diferentes, nuestro grupo de trabajo ha estimado que en la práctica existe un elevado número de elementos comunes", señaló Gustaaf Borchardt, alto funcionario de la Comisión Europea. Esa coincidencia de elementos y, sobre todo, el hecho de que todas las legislaciones buscan el mismo objetivo -reducir el consumo y el impacto de las drogodependencias entre la población de la Unión Europea- hace innecesaria una armonización legislativa que, al mismo tiempo, parece casi imposible de llevar a la práctica.

"En realidad las consecuencias penales son las mismas en todos los países. Aunque en unos esté penado el consumo y en otros no, es muy difícil que se ingrese en la cárcel por consumir drogas. Y ningún país tolera, aunque no esté penado el consumo según su legislación, que alguien pueda inyectarse a las puertas de un colegio. Los países acaban adoptando las mismas conductas aunque sus legislaciones difieren", dijo Santiago de Torres, coordinador de la conferencia.

Precursores

En la práctica, los Quince están armonizando aquellos aspectos del tráfico de drogas que exigen una mayor coordinación internacional. Es, por ejemplo, el caso del blanqueo de dinero o el de la utilización de los llamados precursores, es decir, aquellos elementos -principalmente químicos- que no son en sí mismos una droga pero que son imprescindibles para fabricarla.

A pesar de estos avances, los expertos recomiendan que se intensifique la cooperación policial, aduanera y judicial en el seno de la UE y que cada país haga esfuerzos adicionales para acabar con el problema del blanqueo de dinero.

También han coincidido en la necesidad de combinar las dos grandes corrientes, a menudo enfrentadas, en que se basa la lucha contra las drogodependencias: represión del tráfico (reducir la oferta) y educación y prevención para desincentivar su consumo (reducir la demanda). Los expertos consideran útil que se aumenten los intercambios de información entre todos los Estados miembros sobre las buenas prácticas en materia de prevención. Y sugieren incluir cláusulas sobre drogas en los nuevos acuerdos de asociación.