La granjera y escritora sueca Marit Paulsen recibe en Madrid el premio Mujer Europea 1996

Es una mujer cálida y sencilla. Criada en el campo, Marit Paulsen no empezó a estudiar hasta cumplidos los 30 años, conoce al dedillo el mundo rural y tiene diez hijos, entre naturales y adoptados. Pero le han concedido en Madrid el galardón de Mujer Europea 1996 "por su compromiso con la integración europea", según señaló el jurado. Sus principales preocupaciones son "la reforma de la política agrícola, ayudarla conservar los recursos naturales y la lucha por la paz en Europa para conseguir que los ejércitos no sean necesarios".

El jurado, compuesto tradicionalmente por una personalidad y un periodista de cada uno de los 17 países de la Unión Europea ha otorgado el segundo premio de este año ala economista griega Marianna Vardinoyiannis, mujer que trabaja por el bienestar de los niños con cáncer, y el tercero a una inglesa ferviente defensora de la democracia paritaria, Lesley Abdela.En esta novena edición del galardón -con el que se pretende premiar la labor de una mujer que haya contribuido al proceso de la construcción europea-, la elegida para representar a España ha sido Margarita Retuerto, adjunta al Defensor del Pueblo y directora europea del Ombudsman (la oficina comunitaria del defensor del pueblo).

Marit Paulsen vivió una infancia realmente de película, lo que ha sido reconocido por el propio cine en la cinta Pequeña Ida; su niñez protagoniza asimismo un libro destinado al público infantil. Nació en Noruega, donde empezó a trabajar a los nueve años en una fábrica de pescado de Oslo, al poco de morir su padre. Posteriormente se trasladó a Suecia, donde primero, trabajó en una empresa siderúrgica y acabó convirtiéndose en granjera.

A partir de ese momento empezó la lucha de esta mujer por los derechos de la gente del campo. Inició su labor en la Unión Europea hace cinco años, materializada en la Red para Europa, una organización dedicada a integrar a los suecos en las ideas de la UE y preocupada por estudiar el reglamento comunitario para la agricultura.

En otras ediciones de este premio, las ganadoras fueron la española Francisca Sauquillo, parlamentaria europea; Anne Marie Lizin, secretaria de Estado para Europa o Mary Robinion, presidenta de la República de Irlanda.

Paulsen dice que no se puede recibir un premio de este tipo "y guardarlo en el bolsillo, hay que usarlo para contribuir a mejorar Europa". En su caso, eso significa "contribuir a construir la paz en el continente, trabajando día a día, y cambiar la política agrícola, dejando de hablar de cantidades y hectáreas para empezar a hablar de ética, medio ambiente y de ayuda.

La ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, que presidió el acto de entrega del galardón, destacó que Paulsen es una luchadora que ha realizado "un proyecto muy importante: contribuir a que las mujeres que viven en zonas rurales se unan en redes para aunar sus esfuerzos".

Esta peculiar granjera ha publicado cinco libros. de ficción y siete infantiles. El último, Una pequeña cuestión sobre un gran tema, trata de los miembros suecos de la Unión Europea. Ella quiere "ayudar, de alguna manera, a utilizar bien los recursos naturales y a que sobrevivan los campos, los bosques y el agua".

Paulsen cuenta que las condiciones de vida en el campo "se están acercando, más y más a las urbanas y se puede observar además que los problemas y preocupaciones de la gente del mundo rural son parecidas en un 80% de los casos en países como Alemania, Portugal o Suecia"

Aunque asegura que la vida en la ciudad no la entiende, insiste en que la solución a los problemas pasa por "el trabajo en común, por eliminar la preocupaciones que afectan a todos y luchar por encontrar un equilibrio entre la vida rural y la urbana".