Santer se opone a que Ia ampliación de la UE dañe la cohesión
El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, se sumó ayer al carro de muchas de las posiciones tradicionales de España. Santer señaló que la ampliación al Este no debe empezar a negociarse hasta que haya acabado la reforma de las instituciones europeas ("hay que profundizar antes de lanzarse a la ampliación", dijo), advirtió que la ampliación no se puede hacer a costa de reducir los programas de cohesión. (que benefician a los países más pobres, entre ellos España) y aseguro que, "pese a los escépticos, habrá moneda única europea el 1 de enero de 1999".
A juicio del presidente de la Comisión, la cumbre de Madrid será una de las más importantes de los últimos años. tos Quince han de lanzar allí "mensajes claros" sobre los tres temas capitales que afronta la Unión de cara al año 2000: la moneda única, la reforma de las instituciones y la. ampliación a los países de Europa central y oriental, Malta y Chipre.Santer, en una rueda de prensa convocada para explicar las posiciones de la Comisión ante la cumbre de diciembre en Madrid" mostró su convicción de que los Quince alcanzarán un acuerdo sobre la moneda única; echó un capote a Alemania, partidaria de cambiar el nombre ecu por el de euro -"sea el que sea, hay que acordar un nombre en Madrid, porque un producto no se puede vender si no tiene nombre"-, y otro a Francia, que quiere que la fecha de la criba de países que entran en la moneda única, se haga en diciembre de 1997 para no coincidir con sus elecciones generales en la primavera de 1998 -"a veces las razones políticas están por encima de detalles técnicos"-.
Anunció también que desde que se conozca qué monedas entran y cuáles se quedan a la espera entrará en funcionamiento un nuevo mecanismo de cambios que sustituirá al Sistema Monetario Europeo. Aunque aún no está definido, su objetivo será preservar el equilibrio entre las mónedas que entren y las que se queden fuera.
Sobre las dos últimas cuestiones -reforma institucional y ampliación- Santer no espera un catálogo de medidas concretas, sino una orientación política. Recordó que la Comisión tiene que hacer un informe previo sobre cada país, en el que dictaminará si se encuentra o no en condiciones de empezar, unas negociaciones de adhesión. Santer remarcó que hasta ahora sólo cinco de los diez, probables candidatos han enviado una petición formal de adhesión.
Hizo hincapié en que la ampliación "tendrá unos costes", y que éstos pueden recaer en detrimento de las políticas de cohesión actuales, aunque tampoco en las subvenciones agrícolas: "No hay que desmantelar ni la Política Agrícola Común ni los fondos estructurales". Las políticas de cohesión benefician especialmente a los cuatro Estados más pobres (España, Irlanda, Portugal y Grecia). Algunos países han hecho llegar mensajes de que la entrada de países aún más pobres que éstos comportarán el colapso dé las políticas de cohesión y que sería conveniente recortarlos. Los costes no se reducirán, pero tanto las políticas estructurales Como la agrícola afrontarán profundas reformas a partir de 1999.
Santer confirmó que la Comisión, presentará en Madrid sus propias ideas sobre la conferencia intergubernamental que, a partir de 1996, debe afrontar la reforma política e institucional de la UE. "Es el momento de definir el papel de la, Unión en el mundo como entidad política, económica e incluso militar", señaló.
