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Los creadores recuerdan el acoso de la censura

La muerte de Franco supuso un cambio trascendental en la cultura española

Andrés Fernández Rubio

El cine de la transición, con la lucha contra la censura y contra los restos del franquismo, queda representado por el caso Miró y el proceso contra la película El crimen de Cuenca. "Lo recuerdo como una pesadilla y con cierta amargura", dice ahora Pilar Miró, que terminó el rodaje en 1979 y no estrenó hasta 1981, tras un complicado y penoso proceso judicial. "En principio ya no existía la censura, pero cuando se fue a estrenar no dieron la licencia de exhibición en el Ministerio", cuenta la directora. "Estaba seleccionada para Berlín y el, ministro de Cultura aconsejó que se retirase la película, cosa que ni Alfredo Matas ni yo consentimos porque pensamos que ésa era precisamente la salida. Después de Berlín, un día me fue a buscar la Guardia Civil a casa (yo estaba en Nueva York)". Miró soportó un proceso por injurias a la Guardia Civil -inspirado en hechos reales, El crimen de Cuenca cuenta, un suceso por el que dos hombres inocentes son atrozmente torturados por guardias civiles y condenados-, la película fue secuestrada y, ella estuvo a la espera de un consejo de guerra en el que se le iban a pedir seis años de prisión militar. "Lo más perturbador de aquella época fue que me convertí en el ejemplo de que seguía existiendo la falta-de libertad" dice Miró. "Se trataba de demostrar que no sólo no se cumplía el artículo 20 de la Constitución, sino que había que cambiar el código de justicia militar, que es lo que ocurrió". El cierre del caso llegó con el pasó, de éste a la jurisdicción ordinaria y el sobreseimiento de la causa. "El crimen de Cuenca marcó el final de la censura ", concluye Pilar Miró.

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Una liberación

El fin oficial de la censura, por Real Decreto, se había producido en noviembre de 1977, y los cineastas sintieron "una, liberación tremenda", según explica Fernando Colomo, que con Tigres de papel (1977) realizó una de las primeras películas, que no pasaron censura. "Yo no sabía que era una comedia", dice Colomo, sorprendido ahora cuando ahora se le considera, como en el libro del crítico francés Jean-Claude Seguin Historia del cine español (Acento Editorial), como "el mejor representante de el género" de la nueva comedia. A Carlos Saura hablar de Franco le parece la prehistoria. El cineasta vivió los años cincuenta y sesenta, cuando empezaba en el cine, luchando contra la censura. "La verdad es que era prácticamente imposible", dice, "tratar de saltar aquel muro que parecía infranqueable". Por eso, para él la muerte de Franco y la derrota progresiva de la censura supuso una liberación, un cambio total que me sirvió para preocuparme de otros temas".,

Según establece en su libro Jean-Claude Seguin, Carlos Saura sería el gran nombre del fin del franquismo; Manuel Gutiérrez. Aragón el cineasta de la transición, y Pedro Almodóvar el de la España contemporánea. En el caso de Gutiérrez Aragón, con películas corno Camada negra (1977) o Sonámbulos (1977).

Con Furtivos, de José Luís Borau, con guión & Gutiérrez- Aragón, y Camada negra, el cineasta vivió los últimos tiempos de la censura. Ambas estuvieron, prohibidas, y fueron aprobándose poco a poco. "Pero ahí no acabó el calvario de Camada Negra", señala Gutiérrez Aragón en referencia a los ataques de la extrema derecha, "porque pusieron una bomba en el cine Luchana de Madrid, pegaban a los que salían y, siguiendo la calle, se dedicaron a apalear a la gente del café Comercial. A mí me amenazaron de muerte, en El Escorial, mientras paseaba".

Jean-Claude Seguin cifra el cine. de la transición entre 1975 y 1982, e incluye películas de reconstrucción histórica (Siete días de enero, de Bardem; El corazón del bosque, de Gutiérrez Aragón; La ciutat-cremada, de Antoni Ribas o El proceso de Burgos, de Imanol Uribe); la sexualidad en libertad, con las aportaciones destacables de Jaime de Armiñán y Eloy de la Iglesia; la comedia, con Garci, Colomo, Trueba y García Sánchez; las demenciales comedias de la familia Ozores con la pareja Fernando Esteso-Andrés Pajarés; las obras de consolidados cineastas como Berlanga, Fernán Gómez, Saura o Borau, y los casos especiales de Bigas Luna, Ricardo, Franco o Iván Zulueta.

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