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Ahorro para hoy, trabajo para más adelante

Enric González

La Prestación de Autonomía refleja a la perfección la brusquedad con que Jacques Chirac se olvidó del empleo para obsesionarse con el ahorro. La llamada Prestación de Autonomía era un subsidio, prometido por Chirac durante la campaña electoral, que iban a cobrar todos los ancianos que no pudieran valerse por sí mismos. La idea era que, con el nuevo ingreso, esos ancianos pudieran pagar a personas que les ayudaran y de esta forma se creara empleo, por precario que éste fuera.El pasado día 7, la ministra de Solidaridad entre Generaciones, Colette Codaccioni, tenía que presentar ante el Senado el proyecto de subsidio, someterlo a votación y ponerlo en marcha. Pero ese mismo día 7, Alain Juppé cambió su Gobierno. Desaparecieron Codaccioni y la Solidaridad entre Generaciones, y la Prestación de Autonomía fue enviada al limbo, de los justos antes de nacer. Del empleo al ahorro, en sólo unas horas,

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Juppé volvió a hablar ayer de la Prestación de Autonomía. Fue para anunciar que, de momento, el proyecto quedaba aplazado hasta mediados de 1997. La prioridad, dijo, era reducir el gasto público y favorecer así un descenso de los tinos de interés Lo necesario era suprimir áubsidios, no crearlos.

La reforma de la Seguridad Social y del conjunto del Estado de Bienestar que anunció ayer tendrá, al menos a corto plazo, un coste en materia de empleo. El aumento de la presión fiscal, en un momento en que el consumo permanece hundido, se reflejará en una reducción del crecimiento económico y, por tanto, de la creación de empleo. El paro ha subido en los dos últimos meses,

De una forma más indirecta, la reducción del gasto en medicamentos se reflejará negativamente en la industria farmacéutica. El sector francés de la farmacia, que ocupa a 82.000 trabajadores y genera un negocio anual de 2,5 billones de pesetas, había sido tradicionalmente protegido por la generosidad con que la Seguridad Social pagaba las recetas. Pero desde 1970, cuando Francia era, tras EE UU, el segundo país más avanzado en tecnología farmacéutica, el sector decayó. Este año ocupa un discreto séptimo puesto. Si se corta el gasto en medicinas innecesariamente caras, cuyo precio era considerado por las empresas como un impuesto encubierto para financiar la investigación, el sector perderá empleo. Por otra parte, se estima que sobran unos 20.000 médicos y casi 50.000 camas en los hospitales públicos.

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