El Banco de España no relajará su política monetaria
El Banco de España considera "muy probable" que la inflación española se sitúe entre el 3,5% y el 4% a primeros de 1996, en línea con los objetivos de la entidad. Miguel Martín, subgobernador del banco central, aseguró durante su intervención en las jornadas de The Economist, que esta buena noticia no llevará a la autoridad monetaria a relajar su política. Es más, Martín cree que es importante mantener la prudencia, como ha hecho el Banco de España desde principios de año -con tres subidas de los tipos oficiales-, para que se pueda conseguir un IPC del 3% en 1997 y que los tipos de interés a largo plazo -que más influyen en la inversión- mantengan su tendencia a la baja.
Martín señaló varios riesgos que pueden truncar la favorable evolución de la inflación: perturbaciones en los precios de los alimentos, aceleración de los costes laborales y una relajación de la política fiscal. A todo ello cabe añadir la indefinición de la política presupuestaria para 1996. En su opinón, la prórroga presupuestaria permite "técnicamente", alcanzar los mismos objetivos que los presupuestos para 1996 rechazados por el Parlamento. "En cualquier caso", dijo, "ambos resultan insuficientes si no van acompañados de las reformas que actúen sobre las fuentes generadoras del déficit público estructural".
Los altos tipos de interés, impuestos por la necesidad de financiar el déficit, público y contener una inflación aún alta con respecto a la media europea son las principales preocupaciones de José María Cuevas. En su intervención en el mismo, foro, el presidente de la CEOE lanzó un mensaje claro a los gobernantes "actuales o a los que vengan": "Si no baja significativamente el precio del dinero a lo largo de los próximos años, y sólo es posible hacerlo con el objetivo bien claro de eliminar el déficit público, el dinamismo inversor empresarial [motor de la actual expansión] tiene los meses contados".
En la misma línea, el presidente del Banco Central Hispano, hizo una defensa a ultranza del cumplimiento de los objetivos de convergencia. "España debe reducir su inflación en tres puntos [ahora en el 4,4%] y disminuir a la mitad su déficit público", dijo José María Amusátegui que, a diferencia de varios empresarios que intervinieron anteriormente -como Juan Antonio García Diez o Alberto Recarte-, cree que "sin moneda única no puede haber mercado único" y criticó el actual sistema de cambios europeo "que no satisface a nadie". Aseguró que la banca española está preparada para asumir el coste de la unión monetaria, que cifra en el 8% de los gastos operativos totales durante los tres años del periodo de transición.
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