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Final feliz

"Es una de las historias más bonitas de la conservación en España. De campo de tiro a nada menos que parque nacional. Estamos muy satisfechos por este final feliz". Las palabras de Santiago Martín Barajas, portavoz de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA, que agrupa a 170 asociaciones) resumen bien el sentir ecologista. Buen final para una historia en la que el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ha desempeñado un papel crucial: en 1987 inició los trámites para declarar parque natural a Cabañeros en un enfrentamiento con el Ministerio de Defensa que algunos comparan con el mantenido ahora con el titular del MOPTMA, José Borrell, por las Hoces del Cabriel. Bono declaró ayer: "Hace doce años no éramos más de 15 los que creíamos en Cabañeros".Según Jesús ' Casas, director de Parques Nacionales del Ministerio de Agricultura, Cabañeros -situado en los Montes de Toledo- aporta dos grandes novedades: Es el primer parque nacional de bosque mediterráneo -dehesas de encinas y alcornoques con importantes colonias de rapaces, linces y cigueñas- y el primero, que incorpora un nuevo tipo de gestión de estos espacios, desde la sentencia de junio del Tribunal Constitucional que pedía que se compartiera entre Gobierno central y autónomos.

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Cabañeros está situado en seis términos municipales (cuatro de Ciudad Real y dos de Toledo): Hontanar, Navalucillos, Navas de Estena, Retuerta de Bullaque, Horcajo de los Montes y Alcoba, con una densidad demográfica que no llega a los 5 habitantes por kilómetro cuadrado. Dentro no vive nadie ni hay explotaciones agrícolas ni tendidos eléctricos ni apenas ganado; sólo un pequeño rebaño de cabras.

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