Kohl pide al SPD que deje de poner en tela de jucicio la unión monetaria

El futuro de la unión monetaria europea ocupó ayer el centro del debate sobre los presupuestos generales del Estado en el Bundestag (Parlamento) alemán, que por tradición sirve de motivo para un ajuste de cuentas entre el Gobierno y la oposición. El canciller democristiano Helmut Kohl advirtió a los socialdemócratas para que terminen cuanto antes la "desafortunada discusión" sobre la unión monetaria y evitar así la división de los ale manes en un tema esencial de la política exterior del país. El ministro de Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, acusó al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de populismo barato al jugar con el miedo de la población alemana ante la posibilidad de perder la estabilidad que hoy día ofrece el marco. Para Kinkel, el SPD ha perdido la cabeza y se dedica a un "nacionalismo del marco".El jefe del grupo parlamentario del SPD y presidente del partido, Rudolf Scharping, pidió que se complete el Tratado de Maastricht, que fijó los criterios de convergencia para la creación de la unión económica y monetaria de la Unión Europea. Scharping aseguró que para el SPD el cumplimiento de los criterios de Maastricht y la estabilidad tienen que tener prioridad sobre el cumplimiento de los calendarios previstos.

Kohl dominó el debate y no, se alteró por los trucos parlamentarios del SPD, que recurrió a que subiese el primero a la tribuna de oradores un segunda fila -en vez del líder de la oposición como se esperaba- para lanzar luego inesperadamente a Scharping tras la intervención del canciller.

Helmut Kohl tampoco se alteró por los ataques del más brillante retórico parlamentario del momento, el portavoz de Los Verdes, Joschka Fischer, quien dijo al canciller alemán: "Usted ya es historia, ya consiguió lo que quería. Pero usted es el pasado, tres quintales devenidos en pasado". El canciller Kohl no se arredró y replicó con ironía sobre el volumen de su contrincante ecopacifista Fischer, expresión palpable de los placeres de la buena mesa.