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MAGNICIDIO EN ISRAEL

Clinton expondrá en Jerusalén su voluntad de salvar el proceso de paz

Antonio Caño

El presidente Bill Clinton viajó ayer a Israel al frente de una amplia delegación norteamericana como testimonio de la voluntad de Estados Unidos por salvar el proceso de paz en Oriente Próximo de los negros augurios que el asesinato de Isaac Rabin han llevado a la región. Con su presencia, Clinton pretende dar a los sucesores de Rabin el respaldo que precisan para persuadir a su población de que los acuerdos firmados tienen que ser cumplidos y los planes de reconciliación completados.

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Mientras tanto, con las banderas a media asta, Estados Unidos, como ningún otro país del mundo, comparte el dolor de la nación de Israel en estos momentos. Durante toda la noche de ayer, numerosas personas desafiaron el frío Para acercarse hasta la Embajada israelí en Washington con ramos de! flores y gestos de solidaridad. El propio presidente Clinton antes de embarcarse hacia Jerusalén firmó en el libro de condolencias abierto en la legación israelí.Toda la clase política norteamericana, desde el propio presidente hasta el último de los congresistas, pasando por todos los ex presidentes vivos, hicieron públicas expresiones de reconocimiento a Rabin y a su reciente obra de paz. El senador Edward Kennedy destacó que el primer ministro israelí "ha dado su vida por la paz".

George Bush, que empezó en Madrid, en 1991, el proceso que condujo a los acuerdos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), definió al primer ministro asesinado como "un promotor de la paz cuyo esfuerzo y sacrificio serán recordados a través de los años", Tanto Bush como Jimmy Carter, Gerald Ford y la esposa de Ronald Reagan, Nancy Reagan, han sido invitados a acompañar a Clinton en su viaje a Israel. El ex presidente Reagan sufre la enfermedad de Alzheimer.

El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, que también planea acudir al funeral, se sumó a la opinión de que más ajustado tributo a la memoria de Rabin sería la dedicación al establecimiento de la paz en Oriente Próximo "a pesar de todos los desafíos".

Varios de los portavoces de la comunidad judía norteamericana confesaron su preocupación por la posibilidad de que el asesinato del primer ministro de Israel sea un signo de que ese país se precipita hacia el enfrentamiento y la guerra civil. Esos recelos son compartidos por algunos analistas estadounidenses, que temen que la desaparición de Rabin agrave las disputas internas a pocos meses de las elecciones legislativas en Israel, previstas para el próximo octubre.

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La Administración norteamericana trata de reconstruir una política que evite esos riesgos y, al contrario, aproveche la muerte de Rabin como un estímulo para la unidad nacional y la paz con los árabes. "Nos dedicaremos con fuerzas renovadas a la promoción de la paz en Oriente Próximo", prometió el secretario de Estado, Warren Christopher, que condujo personalmente 13 misiones de paz a la región para sacar adelante el proceso en el que EE UU está tan implicado.

El último de esos viajes fue el pasado día 30 de octubre a Siria, donde Christopher no consiguió vencer las resistencias del Gobierno de Damasco a avanzar en las negociaciones con Tel Aviv. Para Washington, un cambio de la posición de Siria que permitiese la obtención de un acuerdo con ese: país similar al que Israel alcanzó con la OLP y con Jordania sería la mejor manera de revitalizar el proceso de paz y el mejor homenaje.

El Gobierno estadounidense es consciente de que todavía quedan fases difíciles por cumplir en la negociación entre Israel y los palestinos, entre ellas la total retirada de tropas judías de Cisjordania y las conversaciones del próximo año sobre el estatuto definitivo de los territorios bajo mando de la autoridad palestina.

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